Del 2015 al 2022, Colima se colocó como el estado con el mayor deterioro general de paz, seguido por Zacatecas, de acuerdo con el Índice de Paz 2023, que los ubica con 4.49 y 4.22 unidades. En contraste, las entidades con mayor tranquilidad son Yucatán y Tlaxcala, con 1.44 y 1.66 de calificación.
El año pasado, Colima registró tanto la peor calificación general como la tasa de homicidios más alta de cualquier estado en la historia del Índice de Paz México. Tuvo una tasa de homicidios de 110 por cada 100 mil habitantes, cuando el promedio en los estados más pacíficos fue de 9.2 por cada 100 mil habitantes.
En el caso de Zacatecas, uno de los componentes en el deterioro de su seguridad está en la violencia contra sus fuerzas del orden. En el 2022, un total de 403 policías fueron asesinados en el país, y esta entidad se convirtió, por primera vez, en la más mortífera para la policía, con 60 crímenes de uniformados.
Desde el 2015, las tasas de homicidios en Colima y Zacatecas han aumentado más del cuádruple y ambos también registraron el mayor impacto económico de la violencia per cápita en el 2022, superando ambos costos de 70 mil pesos por persona.
Diana Lepe, directora ejecutiva de la organización Servicios y Asesoría para la Paz (Serapaz), mencionó que a pesar de que en los últimos años se han reducido algunos delitos de alto impacto, no es suficiente, ya que es necesario fortalecer las instituciones de procuración de justicia para mejorar los niveles de paz.
“Seguimos en una dinámica de reacción, pero nos falta para concentrarnos en la educación, para tener procesos preventivos de seguridad. Hay una inadecuada gobernanza y mucha corrupción, y por ello se deben reforzar las instituciones de justicia”, dijo.
Otros datos que arroja el Índice de Paz es que, en la última década, el país se ha convertido en un lugar mucho más peligroso para los activistas sociales, pues sólo en el 2022 mataron a 54 defensores de derechos humanos y activistas.
Además, indica que la tasa nacional de homicidios registró un aumento del 63 por ciento entre el 2015 y el 2022, al pasar de 15.1 a 24.5 por cada 100 mil habitantes, mientras que los delitos sexuales, narcomenudeo, violencia familiar y extorsión siguen también al alza.
Desde el 2015, más de dos tercios de los homicidios han sido resultado de la violencia con armas de fuego y grupos criminales.
“Hemos visto, después de 10 años, cómo se ha ido concentrando la violencia en el Pacífico y tiene que ver con la entrada de precursores químicos para la elaboración de drogas”, señaló Carlos Juárez, director en México del Instituto para la Economía y la Paz, encargado de elaborar el índice.
Expuso que, en el 2015, los enfrentamientos que involucraron a los cárteles de Sinaloa o Jalisco representaron 42 por ciento de todas las muertes por esos conflictos, pero para el 2021 constituyeron 95 por ciento de los homicidios.
Añadió que en la última década ha habido cambios en el trasiego y producción de drogas, principalmente por las restricciones en Estados Unidos, pues México mandaba 95 por ciento de la marihuana que se consumía en ese país, pero esta droga tuvo una caída y hubo un viraje hacia el fentanilo.
Entre el 2019 y el 2022, la incautación de esta última droga aumentó 300 por ciento en la frontera de ambos países, de acuerdo con el experto.
En general, el impacto económico de la violencia en México fue de 4.6 billones de pesos, tan sólo en el 2022, lo que equivale a 18.3 por ciento del PIB nacional.