"Nuestro movimiento está más fuerte que nunca" enunció el presidente Andres Manuel López Obrador ante un Zócalo que esta ocasión no se llenó como en los cuatro años anteriores en los que convocó a celebrar en la capital del país su triunfo electoral de 2018.
Sin embargo, las decenas de miles que asistieron y que hicieron de las calles que conducen hacia la Plaza de la Constitución un cuello de botella cuando el mensaje estaba cerca de comenzar, cimbraron al primer cuadro del Centro Histórico con los cohetones de vara que lanzaban a su paso desde Avenida Juárez, mientras exclamaban la consigna identitaria de la Cuarta Transformación: "¡Es un honor estar con Obrador!", aunque algunos contingentes innovaron con: "somos pueblo bueno y sabio, por eso estamos aquí con AMLO".
Desde temprano el habitual tránsito sabatino de la capital se vio afectado por las decenas de autobuses que fueron estacionados sobre Paseo de la Reforma y vialidades aledañas, como ha ocurrido en otras movilizaciones de la 4T.
Provenientes de estados como el Estado de México, Chihuahua, Sinaloa, Baja California Sur, Veracruz, Chiapas, Morelos y demás entidades, así como de las 16 alcaldías capitalinas, miles de personas comenzaron a acercarse al Zócalo aunque faltaran varias horas para que el Ejecutivo Federal ofreciera su mensaje. Para "matar el tiempo" algunos se separaron de su contingente para caminar.
"No jefa, no van a poner pantallas" explicaba un policía a una mujer que buscaba apartar un espacio para ella y sus acompañantes, quienes dijeron que no querían estar en la explanada principal porque "después es una chinga salir y te bolsean cuando todos se amontonan".
Sin embargo, caminar sin chocar con alguien aún era una tarea sencilla cuando faltaban poco más de 10 minutos para que el evento arrancara, aunque por las calles aledañas continuaba la llegada de más contingentes que animaban su ruta con danzantes, batucadas, zanqueros con máscaras del presidente y pirotecnia que hacia correr algunos perros que se encontraban por la zona o que acompañaban a sus dueños al mitin.
A la entrada de calle Madero los recibía un hombre que luchaba contra el viento para sostener una lona en la que se leía: "¿Dónde han estado estos miles de morenistas los días 26 que se exige justicia por los normalistas de Ayotzinapa?". A pesar de su cuestionamiento, afirmó que este día sí hay un motivo para celebrar "pero no por eso no se debe de exigir".
Ya en la plancha y hacia las 16:00 horas, grupos de personas se recostaban para descansar y comer mientras el cielo comenzaba a nublarse.
Al ver aún paso libre, decenas de comerciantes ambulantes extendieron sobre el suelo sus puestos para ofrecer "un recuerdito, un amlito, para que la 4T no lo abandone". Múltiples objetos alusivos al movimiento político creado por el Presidente se comercializaron: "peje-chanclas", "pejeluches", "pejellaveros", chalecos, playeras, banderines, pines y hasta cajas de cerillos con el rostro del tabasqueño.
En los edificios aledaños se extendían algunas pancartas: "Soy empresario y apoyo a la 4T" se leía desde un balcón frente a Palacio Nacional.
Dieron las 17:00 horas y el mandatario no salió hasta casi 40 minutos después, acompañado de la escritora, su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, junto a quien se acercó hasta las vallas que separaban a los asistentes del templete, mismos que hicieron lo posible por lanzarle cartas, obsequios y porras que intentó capturar con poco éxito.
Del lado contrario, algunas centenas de personas que habían comenzado a retirarse optaron por regresar al Zócalo, lo que provocó un nudo en las esquinas con la Plaza de la Constitución donde hubo algunos jaloneos que no pasaron a mayores.
El ánimo aplacado que se mantuvo mientras la gobernadora electa del Estado de México, Delfina Gómez, y la secretaria de Gobernación, María Luisa Alcalde, daban el discurso inicial -que generó aplausos por exaltar el papel de los jóvenes para la construcción de la 4T- se desbordó con las primeras palabras del mandatario.
"Amigas, amigos; compañeras, compañeros; hermanas, hermanos, hoy con fundada alegría celebramos el quinto aniversario del triunfo" exclamaba el Presidente.
Las banderas se agitaron; las matracas se hicieron sonar; los aplausos y el "es un honor estar con Obrador" imperaban entre la multitud que sí permaneció en el sitio para festejar los avances que expuso el mandatario y las promesas que hizo.
Cuando su mensaje iba más allá de la mitad, la lluvia comenzó a caer y la gente aceleró su salida. A quienes la parte final del discurso los alcanzó aún cerca de la Plaza de la Constitución replicaron el "Viva México" con el que concluyó el penúltimo festejo del actual sexenio.
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