Para exigir un alto a la violencia en contra de los y las periodistas en todo México, trabajadores de los medios de comunicación protestaron la noche del lunes a las afueras de la Secretaria de Gobernación, donde exigieron justicia por el homicidio de Luis Martín Sánchez Iñiguez, corresponsal de La Jornada en Nayarit, cuyo cuerpo fue localizado el pasado 8 de julio con huellas de violencia.
Periodistas de todos los medios informativos se dieron cita en el lugar portando pancartas con consignas como “en México informar mata”, “no se mata la verdad matando periodistas”; “justicia para Luis Martín”, además, entre gritos exigieron a los diferentes órdenes de gobierno que se castigue a los responsables de este y otros crímenes contra trabajadores de la información.
Se recordó que en lo que va del 2023 han sido asesinados seis periodistas, entre ellos, Gerardo Torres Rentería (Guerrero), Abisaí Pérez Romero (Hidalgo), Ramiro Araujo Ochoa (Baja California), Carlos Acosta (CDMX), Marco Aurelio Ramírez Hernández (Puebla) y Luis Martín Sánchez Íñiguez (Nayarit).
En la lista de fallecidos también esta Jorge Camero Zazueta (Sonora), Juan Carlos Muñiz (Zacatecas), Armando Linares López (Michoacán), Luis Enrique Ramírez (Sinaloa), Yessenia Mollinedo (Veracruz), Sheila Johana García Oliveira (Veracruz), Antonio de la Cruz (Tamaulipas), Ernesto Méndez (Guanajuato), Juan Arjón López (Sonora), Fredid Román (Guerrero) y Pedro Pablo Kamul (Veracruz).
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), América Latina y el Caribe fue la región más mortífera para los periodistas en 2022, con 44 homicidios, más de la mitad de todos los asesinados en el mundo. México encabezó la lista de los países que registraron un mayor número de homicidios con 19 asesinatos, seguidos por Ucrania con diez y nueve en Haití.
Casi la mitad de los informadores fallecidos se encontraban de viaje, en sus domicilios, en aparcamientos y otros lugares públicos fuera de su lugar de trabajo. Una tendencia al alza durante los últimos años que, según la UNESCO, “implica que no existen espacios seguros para los periodistas, ni siquiera en su tiempo libre”.
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Leo