Al caudillo lo mató el rencor

Así mataron a Pancho Villa, con más de 60 disparos y 150 cartuchos

Hace 100 años, cuenta el historiador Reidezel Mendoza, Pancho Villa, el Centauro del Norte, fue asesinado tras ser emboscado mientras conducía su auto en las calles de Parral, Chihuahua

Portada de periódico sobre la muerte de Francisco Villa.

Francisco Villa o Pancho Villa es uno de los héroes revolucionarios más conocidos de la historia mexicana, pero pocos saben que era un hombre sanguinario, que encabezo múltiples masacres, lo que le llevó a tener una muerte cuyo único objetivo fue vengar a sus centenares de víctimas.

Hace 100 años, cuenta el historiador Reidezel Mendoza, el Centauro del Norte fue asesinado a unas calles de su casa ubicada en Parral, Chihuahua, de más de 60 disparos y 150 cartuchos; sin embargo fue el primer impacto de bala que recibió en el pecho el que le quitó la vida el 20 de noviembre de 1923.

En su artículo "La Emboscada: Asesinato de Francisco Villa" publicado en sus redes, explica que a las 7:45 de la mañana, Francisco Villa tomó el volante de su sedan negro Dodge modelo 1922, frente a su casa en la calle Zaragoza #20, en Parral, Chihuahua.

Portada de periódico sobre la muerte de Francisco Villa.

Lo acompañaban: a un lado su secretario Miguel Trillo; en el asiento trasero derecho: Daniel Tamayo, asistente de Villa; a su lado Claro Hurtado, asistente de Trillo; el capitán Rafael Medrano y el jefe de la escolta, coronel Ramón Contreras, Rosalío Rosales, chofer y mecánico. Todos iban armados.

Cuando el sedan de Pancho Villa iba a la altura del callejón Meza sobre Avenida Juárez, Juan López Sáenz Pardo, uno de los hombres que participó en su ejecución y quien lo esperaba para avisar a los demás en que parte del vehículo iba el caudillo, saca del bolsillo izquierdo un pañuelo colorado con el que simula limpiarse el sudor de la frente, lo que repitió varias veces, indicando que él iba al volante.

"Nos acercamos por la mitad de la calle en dirección al automóvil [que] fue dirigido contra nosotros por nerviosidad o por sospecha […] comenzamos a disparar cuando estuvimos a escasos 10 pasos", relató Jesús Salas Barraza, otro de los tiradores que lo esperaba con rifle en mano sobre la calle Gabino Barreda.

"Yo le grité [a Villa] ¡Ahora sí, jijo de la trompada, ya le llegó el día! Y ni se movió del susto […] 'La Fiera', cobarde […] se puso las manos en la cara, y las apartó después violentamente, como queriendo arrojarnos de su presencia…", narró, según muestra el historiador.

"José Sáenz Pardo, otro de los tiradores que le apuntaba al chofer del Dodge, recordó: "Esperamos con gran tensión: Román Guerra, José Barraza, Ruperto Vara y yo estábamos en un cuarto; Melitón´[Lozoya], Jesús Salas Barraza, José Guerra y Librado Martínez en el otro, y cuando lo tuvimos a regular distancia salimos todos de la casa…ni un solo cartucho se disparó de adentro, la consigna era matar o morir.".

Cuando el vehículo de Pancho Villa giró hacia la calle Gabino Barreda, los primeros disparos de rifles rompieron el parabrisas.

"El chofer y mecánico Rosalío Rosales, que viajaba en la salpicadera izquierda, recibió un disparo en el pecho, provocando que cayera de bruces en un arroyo", , detalla Reidezel Mendoza. Mientras que el secretario Trillo, quien recibió varios impactos de bala en el tórax e intentó huir, quedó colgando de cabeza en la portezuela derecha.

Secretario Trillo, quien recibió varios impactos de bala en el tórax e intentó huir, quedó colgando de cabeza en la portezuela derecha.

Pancho Villa murió de un disparo en el pecho

Pancho Villa, cuyo nombre real era Doroteo Arango, murió recostado en su asiento al recibir el primer disparo en el pecho, después de haber soltado el volante del auto, que se impactó contra un fresno. Su mano izquierda posaba sobre su barriga con varias heridas en el cuerpo. La bala que le quitó la vida era de Salas Barraza.

"Rafael Medrano y Ramón Contreras, malheridos, logran sobrevivir, no así Daniel Tamayo, quien murió de 13 disparos. Viajaba justo detrás de Miguel Trillo. Claro Hurtado alcanza a escapar, pero muere desangrado a unos pasos del Dodge", narra el historiador.

El odio contra Villa era notable, pues según los testimonios de los vecinos del barrio de Guanajuato, inmediatamente después de la primera descarga, vinieron otras y entre la ráfaga de disparos se escuchó una voz que gritaba: "¡A la fiera, apúntenle…!"

En el sedan de Villa había 39 perforaciones de bala y "según la Secretaría de Guerra y las autoridades de Parral fueron más de 60 tiros, incluyendo los que rompieron los cristales y el fanal izquierdo. Los tiradores dicen haber disparado cerca de 150 cartuchos en tres descargas de rifles y pistolas".

"Villa había muerto. Miles de víctimas habían sido vengadas. Al caudillo lo mató el rencor", concluye el artículo.

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DAN

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