Tras una audiencia de casi 15 horas, los seis trabajadores del bar Black Royce implicados en la muerte del empresario Iñigo Arenas Saiz fueron vinculados a proceso por el delito de homicidio.
Esto pese a que la defensa de los imputados presentó pruebas periciales para demostrar que el empresario de 41 años no habría muerto por la ingesta de sustancias, sino por ahogamiento con su propio vómito.
Durante la madrugada de este miércoles 16 de agosto, la jueza de control consideró que había indicios suficientes para continuar el proceso penal en contra de las cuatro mujeres: Aritzi 'N', Ana Karen 'N', Cecilia 'N' y Ana Karen 'N', así como de Eduardo 'N', que fungía como capitán de meseros, y Carlos 'N', que realizaba labores de seguridad.
Además, la jueza fijó un plazo de 2 meses para la investigación complementaria. En la audiencia participaron casi 20 testigos, incluidas las y los empleados del Black Royce, así como el taxista que trasladó a Iñigo Arenas Saiz de Polanco a Naucalpan, peritos y policías de investigación, según información de Infobae.
Iñigo Arenas murió tras ser drogado
La detención de los seis trabajadores del Black Royce se dio luego de que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México reveló que el empresario Iñigo Arenas murió por asfixia mecánica por sofocación inducida debido a que fue drogado con sustancias que "limitan su conciencia y funciones motoras".
En el comunicado, la Fiscalía detalló que cuando Iñigo Arenas llegó al Black Royce, los empleados lo ubicaron en la parte baja del local acompañado de cuatro mujeres, quienes "ordenaron diversas bebidas y aparentemente le suministraron sustancias, cuya composición fue motivo de peritaje".
Cerca de las cinco de la mañana, estas mujeres, junto con el capitán de meseros del lugar y otra persona aún por identificar, "lo habrían persuadido de subir a un área identificada como VIP en la planta alta. Le expendieron cuatro botellas de bebidas, con valor de 10 mil pesos cada una, por lo que a las 05:07 horas, la cajera del lugar ingresó a esa área para realizar el cobro de 40 mil pesos con un cargo a una tarjeta bancaria de la víctima".
Una de las mujeres le dijo al encargado de seguridad del lugar, que el empresario Iñigo Arenas "se siente mal y se puso morado", por lo que, al notificar esto, el personal le practicó RCP. Fue entonces que, al volverse a poner mal, llamaron a los servicios de emergencia y lo trasladaron a otra área del local "junto a la salida de emergencia, lugar donde se realizó el levantamiento del cuerpo".
DAN