Plantea como base nueve ejes

Va Germán Fajardo por UNAM alejada de proyectos políticos

El aspirante a la Rectoría se define como “defensor convencido de la autonomía”; los alumnos deben ser el centro de atención, señala a La Razón; ser médico, “hándicap, pero a favor”

Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina.
Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina. Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

Definido a sí mismo como un “defensor convencido de la autonomía”, el director general de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Germán Fajardo Dolci, busca ser el siguiente rector con un proyecto en el que, dice, los alumnos sean el centro de atención y en el que se mantenga a la máxima casa de estudios alejada de los proyectos políticos en medio del escenario electoral que atraviesa el país.

Ante la Junta de Gobierno de la institución, el también presidente de la Academia Nacional de Medicina de México ha presentado un plan de trabajo que se basa en cuatro objetivos: la actualización, innovación, preservación y, por otro lado, la eliminación de diversas problemáticas que atañen a la comunidad universitaria.

Estos planteamientos tienen como base nueve ejes: Docencia, calidad educativa e innovación; investigación; difusión y extensión de la cultura; internacionalización; sistema universitario para el bienestar estudiantil; sostenibilidad; género, diversidad derechos humanos e interculturalidad; vinculación con la sociedad, y descentralización, gestión y participación universitaria.

Para el académico, ser un aspirante de perfil médico, como los últimos tres rectores de la Universidad Nacional Autónoma de México, no representa una desventaja, sino todo lo contrario, pues asegura que los últimos 24 años que ha tenido la universidad se han traducido en estabilidad para la institución.

¿De dónde surge el interés por buscar la Rectoría? Nace con un interés de servicio añejo. Tuve la oportunidad de ser servidor público durante toda mi vida; los últimos ocho años, como servidor universitario, siendo director de la Facultad de Medicina.

Ha sido una gran experiencia, donde lo que haces tiene un resultado; además del sueño hecho realidad de los alumnos, es la transformación de las vidas para crear una mejor sociedad, más allá de los aspectos personales de cada uno de los estudiantes que egresa.

¿Cuál es su diagnóstico sobre el estado que guarda la UNAM? Es una universidad pujante, que trabaja todos los días, donde van casi 400 mil alumnos al día. Tenemos una página (https://germanfajardo.com/) para escuchar a la gente y que conozca el programa. Hay una problemática general en la universidad, pero también local de algunos profesionistas, centros o facultades que hay que mejorar.

Lo más importante que hay que preservar es el prestigio de la universidad, que tiene más de 470 años; es de las grandes instituciones del Estado mexicano y de la que todos nos sentimos orgullosos.

Germán Fajardo Dolci, en entrevista con La Razón.
Germán Fajardo Dolci, en entrevista con La Razón.

El rector Enrique Graue recientemente encomendó, a quien lo supla, velar por el prestigio y autonomía. ¿Cómo lo haría, considerando también la sucesión presidencial que viene? La universidad debe mantenerse alejada y debe de ser ajena a estos proyectos políticos; sin lugar a dudas, la universidad es el sitio donde convergen las inteligencias, las grandes mentes de este país. Se tiene que hablar y discutir, pero siempre desde el punto de vista de acciones de política pública y no con alguna ideología en particular, sino cuál es el modelo de país o de política que se requiere para resolver los grandes problemas que enfrentamos como nación.

Debe ser una participación bien activa. Los problemas no sólo son graves, sino también complejos, que no requieren soluciones fáciles ni de una sola disciplina, sino la interdisciplina, el interprofesionalismo y la visión desde varios ángulos. Así que la UNAM es el sitio ideal no sólo para discutirlos, sino para proponer cambios que mejoren las condiciones de vida de los mexicanos.

¿Qué reformas o cambios impulsaría, de ser designado? Somos una universidad vieja, muy burocrática que requiere, a mi juicio, simplificación y digitalización. Tenemos que transitar a disminuir toda esta parte burocrática que nos lleve a una universidad sin papel y con menos trámites.

Otro punto es académico y de gran trascendencia: la modificación, la actualización y la flexibilización de planes y programas de estudio. Parecería que la UNAM es bastante rígida en sus planes y modificar éstos tiene todo un proceso y para cuando se realizan los cambios, éstos quedan atrás.

¿Crearía más carreras o buscaría cambios en los planes de estudios? Ninguna en particular. Se tienen 133 carreras y parecería suficiente. Más bien tendríamos que adaptarnos y crear algunas relacionadas con la tecnología, como inteligencia artificial.

¿Impulsaría incorporar más las clases a distancia? Sin duda, la universidad tiene un campo muy importante de crecimiento, incluso de matrícula mediante la educación a distancia y necesitamos hacer modificaciones legales, normativas al interior para que esto pueda suceder. Tenemos que modernizarnos y agilizarlo; además, es una forma de internacionalización.

La universidad debe mantenerse alejada y debe de ser ajena a estos proyectos políticos (...) Se tiene que hablar y discutir, pero siempre desde el punto de vista de acciones de política pública

¿Cómo atender una problemática que persiste pese a las acciones implementadas para erradicarla: la violencia de género? Ésta es lo primero que tenemos que eliminar y tenemos que tener la capacidad para que la consecuencia a quien la ejerza sea ejemplar, porque será la única manera que tenemos para que no se presente. Pero también es un problema de fondo, de la formación y cultura de las comunidades, del país, no sólo de la universidad.

Recordemos que recibimos alumnos en bachillerato que se están formando como ciudadanos y es el momento en que tenemos que ser capaces de plantearles la cultura de equidad, igualdad, y también a los profesores.

Tenemos que agilizar los procesos de denuncias y de resultados, porque pasa un poco lo que sucede en otros ámbitos de la justicia.

¿Cuál es su planteamiento en seguridad general? Es un gran tema al interior, pero sobre todo al exterior, cuando alumnos y profesores salen de las instalaciones. Nosotros lo que queremos es, tenemos que utilizar la tecnología, activar un botón de pánico… Deben ser atenciones inmediatas, no como tradicionalmente ha sido.

Esto requerirá presupuesto. ¿Cómo lograrlo, si la UNAM no ha tenido aumentos significativos? No sé cómo se va a aprobar las siguientes semanas, es uno por ciento más y con el presupuesto que tenemos es suficiente para implementar estas acciones. El seguimiento de los casos de inseguridad, saber cuánto nos cuesta, yo creo que el presupuesto es robusto para lograrlo.

Hay docentes inconformes con su percepción salarial. ¿Buscaría ajustes en esto? Hay profesores de asignatura que tienen su propia práctica profesional y dedican dos horas a cuatro horas a la semana de clases y no he escuchado que se quejen, porque es algo complementario que les da prestigio.

Donde sí veo yo un problema es en aquellos profesores de asignatura que viven de eso, particularmente en las preparatorias… Hay que buscar alternativas, coberturas de medio tiempo, técnicos académicos, alguna figura para que ellos continúen con esa vocación.

¿Cuál es el legado que le gustaría dejar, de ser rector? Proponemos el Sistema Universitario de Bienestar Estudiantil (SUBE). Queremos que se atienda la salud física, mental, emocional de los alumnos, y acompañarlos con tutorías, ver al alumno desde los 360° en este proceso de incorporación a la ciudadanía.

¿Tiene un hándicap por perfilarse como otro médico a la Rectoría? En los 24 años continuos de médicos que ha tenido la UNAM, los resultados han sido muy buenos. Siempre hay conflictos en la universidad pública, pero ha habido una gran estabilidad. Ha habido crecimiento en la matrícula, en los profesores y un reconocimiento para los que han sido rectores médicos, así que yo sí lo veo como un hándicap, pero a favor.

  • FORMACIÓN: Médico Cirujano por la Universidad La Salle con especialidad en otorrinolaringología y maestro en Alta Dirección con Mención Honorífica por el Centro de Posgrados del Edomex.
  • TRAYECTORIA: Se ha desempeñado como director de enseñanza en hospitales generales; en 2011 ocupó la Subsecretaría de Integración y Desarrollo y es profesor de asignatura en la UNAM.