A 55 años de la masacre del 2 de octubre de 1968, miles de personas se congregaron en el Zócalo para recordar lo sucedido y demandar que no se repita ni otro 68, ni otro Ayotzinapa ni otro Acteal.
En el Zócalo de la Ciudad de México, aunque no pudieron ingresar a la plancha, la cual estuvo fuertemente protegida por vallas, al igual que el Palacio Nacional y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los miembros del Comité del 68, los familiares de los normalistas de Ayotzinapa, así como estudiantes de la UNAM, del IPN y de la Universidad de la Ciudad de México, entre otros, se concentraron después de marchar desde la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, mientras que algunos se sumaron desde Ciudad Universitaria.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, las movilizaciones contaron con la participación de cuatro mil 500 personas y tuvieron un saldo blanco.
Sin embargo, sí identificó un centenar de personas del denominado bloque negro que causó algunos daños en comercios de las inmediaciones del Zócalo y que sostuvo un enfrentamiento con elementos de la policía capitalina, adscritos a la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
“Durante la movilización fueron detectadas aproximadamente 100 personas que, con el rostro cubierto, realizaron pintas, lanzaron artefactos explosivos, dañaron mobiliario urbano y derribaron una valla de protección, situación que fue controlada por elementos de la SSC sin que se registraran mayores incidentes”, detalló la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México en su reporte final sobre las movilizaciones del 2 de octubre.
Los hechos descritos por la dependencia capitalina se registraron cuando se realizaba el mitin en el Zócalo, momento en el que los denominados anarquistas ya habían comenzado a lanzar piedras y petardos e intentaron derribar las vallas más cercanas al Palacio Nacional.
Sin embargo, al no poder moverlas, se desplazaron hacia las que se encontraban más cerca de la Suprema Corte, donde derribaron una y en ese punto se registró el “choque” con los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, que recurrieron al uso de gases tipo lacrimógeno, los cuales llegaron hasta donde se realizaba el mitin.
En el mitin, en el que también guardaron un minuto de silencio en memoria de los ausentes, tanto del 68 como los de Ayotzinapa, tomaron la palabra diferentes representantes de los participantes.
Entre ellos, uno de los líderes estudiantes, Félix Hernández Gamundi, aseveró que, así como ahora los familiares de los 43 normalistas desaparecidos demandan información, ellos mantienen la exigencia de justicia, para que esto no se repita: “No queremos más 2 de octubre, pero tampoco queremos más ayotzinapas, ni acteales, ni aguas blancas”.
“Ellos han planteado que la Defensa Nacional entregue la información que tiene respecto de los hechos de Ayotzinapa. Es la misma demanda que traemos nosotros para el caso de 68 en la persecución de Echeverría.
“Echeverría ya murió, pasó dos años y medio en prisión domiciliaria, pero el caso no se agota porque se trata de un delito en contra de la humanidad y generaron un daño y tiene que operar el derecho internacional y el derecho interno, que tiene que consistir en resolver la verdad, aplicar la justicia, reparar el daño, castigar a los culpables y garantizar la no repetición”, enfatizó.
Estado Mayor manchó al Ejército en el 68: AMLO
En el marco del 55 aniversario de la masacre de Tlatelolco, el Presidente Andrés Manuel López Obrador defendió la labor del Ejército mexicano al asegurar que fue “manchado” por haber sido responsabilizado de estos actos reprobables, pues se tiene información que las acciones fueron ejecutadas por el Estado Mayor Presidencial.
“Hay elementos para sostener que en la represión del 2 de octubre del 68 quienes participaron de manera directa fueron miembros del Estado Mayor Presidencial, son esos testimonios que haces mención que llevaron a escribir un libro a don Julio (Scherer) con Carlos Monsiváis”, dijo.
En la conferencia de prensa matutina, reveló el testimonio del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien le platicó que en 1969, después de la masacre de Tlatelolco y el asesinato de Carlos A. Madrazo, llegó a la casa de su papá, Lázaro Cárdenas, de la cual salía Marcelino García Barragán.
“El general Cárdenas le contó al ingeniero que había ido a decirle, llorando, que en lo del 68 había participado el Estado Mayor y que la culpa se la habían cargado al Ejército; y que también el Estado Mayor había tenido injerencia en el supuesto accidente donde explota el avión en el que iba Carlos Madrazo, que esto se lo confiesa el general García Barragán llorando al general Cárdenas”, detalló.
El mandatario opinó que era mucho el poder que tenía el Estado Mayor Presidencial en sexenios anteriores donde prácticamente tenían “secuestrado” al presidente, que iba a un lado y rodeado de los elementos o hablaba con alguien estaban ahí presentes.
