El primer vuelo de la Fuerza Aérea Mexicana aterrizó este miércoles en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con connacionales repatriados desde la zona de Israel y Palestina.
En el avión viajaron 135 personas, entre niñas, niños, adultos mayores y personas con algún padecimiento. También se encuentra la Selección Mexicana de gimnasia rítmica.
Los familiares de los mexicanos repatriados se dieron cita en el AIFA para recibir a los connacionales que se encontraban en Israel.
“Estábamos muy preocupados y fueron días de angustia, pero nunca perdimos comunicación de dónde estaban y qué pasos daba. Estamos muy contentos y agradecidos porque ya están con nosotros”, dijo Laura Velázquez, prima de Axel González, uno de los mexicanos repatriados.
En entrevista mencionó que su familiar se comunicó con la Embajada para regresar en el primer vuelo, luego de estar 15 días en Israel.
Este vuelo se gestionó después del ataque que realizó el grupo Hamas contra Israel, que ha dejado más de mil personas muertas.
Así fue la llegada de los mexicanos
Después de que el avión de la Fuerza Aérea Mexicana, uno de los pasajeros repatriados desde israel besó el suelo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles en señal de alivio.
El grupo de 143 connacionales tocó suelo azteca a las 19:05 horas en el Aeropuerto Militar de Santa Lucía, donde familiares los esperaban emocionados.
“Estábamos en el Monte de los Olivos cuando se escuchó un estruendo, inmediatamente nos dijeron que había guerra y nos trasladaron al hotel. Nos metimos en el búnker y no salimos, pensamos que ya no íbamos a regresar”, narró a este diario Sandra Karina Díaz Miramontes, de Nayarit.
El miedo fue tal que pensaron que ya no iban a volver a México, porque por las noches se escucharon los bombardeos en Jerusalén. Días después los trasladaron al aeropuerto de Israel y cuando llegó el avión de la Fuerza Aérea abordaron y pidieron despegar lo más rápido posible, por temor a que los derribaran.
“Fue tan brutal el miedo que gritamos que despegara rápido porque teníamos miedo de que lo derribaran, porque vimos a personas armadas corriendo. Pensamos que ya nos íbamos a morir”, explicó.
Ana Lilia Valencia, de Nayarit, estaba de vacaciones religiosas cuando estalló el conflicto, y el primer sentimiento fue miedo y preocupación por no poder regresar.
“Teníamos mucha fe de volver, porque lo que queríamos era volver a ver a nuestros familiares en México. Estuvimos en el búnker del aeropuerto hasta que fueron a rescatarnos”, aseveró.
Mencionó que todos los del grupo de 52 personas que estaban juntos, de inmediato comenzaron a llamar a familiares para ejercer presión al gobernador de Nayarit y autoridades con tweets para que llegara el rescate.
“Tuvimos que hacer mucha presión con nuestros familiares porque estábamos asustados y en peligro de ya no salir. Estamos felices de regresar porque volvimos a nacer “, dijo.
María Arcelia Fuentes, de 66 años, dijo que “nacieron de nuevo” porque los bombardeos fueron muy “intensos” en su estancia, pues a pesar de que disfrutaron varios días, el panorama se vio ennegrecido por la guerra que los tuvo “en un hilo”.
“Yo soy de Nayarit, viene un camión y todos nos vamos juntos, pero no importa el tiempo que tarde en llegar, lo importante es que mañana empiezo el primer día del resto de mi vida, y ahora lo disfrutaré al máximo el poco o mucho tiempo que viva”, contó a este diario.
El sacerdote Miguel Ángel Navarro mencionó que el viaje religioso se convirtió en miedo por momentos, pues había incertidumbre de poder regresar. “Todo iba conforme a lo planeado, hasta que comenzaron las detonaciones y todos nos espantamos. Vinos en el cielo los cohetes, pero a pesar de la cúpula de hierro de Israel, nos preocupamos por el pánico y la gente con armas asustada".
Explicó que a pesar de la conmoción, nunca perdieron la calma, solo pensaron en tranquilizarse y seguir las instrucciones de sus guías. “Estoy muy feliz de estar en México, nunca pensé estar en un conflicto bélico, pero ahora estoy en paz por haber llegado”.
Al aterrizar el vuelo en México, Herminia Sedano Hernández, de Michoacán fue la primera mexicana en bajar; momentos después besó el suelo y agradeció estar con vida.
En el vuelo al escuchar las palabras del piloto de entrar al país, de inmediato aplaudieron, cantaron y lloraron.
En México fueron recibidos con música de mariachi y al ver a sus familiares, se abrazaron y lloraron.
Con información de Jorge Butrón.
