La definición que tomó Morena sobre los perfiles que buscarán candidaturas en nueve entidades, y que este viernes se dan a conocer, estuvo precedida de un ambiente de rispidez, división y hasta amenazas de litigiosidad entre los propios integrantes de ese partido.
Especialistas como Gustavo López Montiel, profesor de Ciencias Políticas en del Tec de Monterrey, evalúa la situación como una señal que puede dar lugar al debilitamiento en las estructuras de la Cuarta Transformación.
Aunque el eslogan y principio partidista es que “juntos hacen historia”, no todos los morenistas comparten, en los hechos, esa visión. En el caso de Puebla, en principio se presentó un cuarteto de aspirantes conformado por Ignacio Mier, Julio Huerta, Olivia Salomón y Elizabeth Sánchez, pero se manifestaron inconformidades de quienes quedaron fuera de esa corta lista.
Alejandro Armenta fue uno de estos “cepillados” por el Consejo Estatal del partido guinda, lo que generó molestia y crispación, aunque el senador con licencia esperaba el jueves ser incluido, junto con otros perfiles, en la encuesta final.
“La Comisión (Nacional de Elecciones) tiene la facultad de seleccionar más aspirantes. Confío en la comisión, en que nos darán un lugar. Aquí hay unidad y vamos a hacer historia”, dijo Armenta Mier, tras un foro de respaldo y una serie de reuniones para escuchar la opinión de los poblanos.
Ignacio Mier, quien sí fue seleccionado por el Consejo Estatal y quien es primo de Alejandro Armenta, señaló que se vencieron esas prácticas de querer intimidar. “Dentro de la comisión, puede que haya descontento para algunos, pero hay unidad a pesar de ligeras grietas de quienes no quieren que siga el cambio”, aseveró.
En cuanto a la carrera por la gubernatura de Morelos, se perfila una competencia dividida en Morena, que puede llegar, incluso, al terreno litigioso. Lo que encendió la molestia fue que quedó fuera de la lista del Consejo Estatal la senadora Lucía Meza, quien tiene amplio respaldo en el estado y que, a pesar de haber sido marginada, afirmó a La Razón: “Soy la primera en la lista en cuanto a la preferencia de los morelenses. Morelos tendrá su primera mujer gobernadora. Es una mafia del poder al interior de Morena, porque saben que, de llegar a la gubernatura, vamos a actuar con justicia y honestidad”.
Agregó que “la campaña negra en mi contra intenta transmitir que ya pacté con el Frente Amplio por Morelos y que tengo relación con el fiscal estatal Uriel Carmona y con el exgobernador Graco Ramírez. Es totalmente falso”.
Víctor Mercado, quien fue también seleccionado en Morelos, dijo que hizo un llamado a los aspirantes que no fueron elegidos y a los que sí para que se unan por la unidad, y “juntos sigamos haciendo historia”.
No obstante, el profesor López Montiel, de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, afirmó que “los estados, rumbo a la elección, están mostrando desde sus comités estatales el debilitamiento de la 4T”.
El analista político Antonio Crespo se preguntó dónde está, en los hechos, la unidad morenista. Recordó la elección en Coahuila, donde “la indisciplina de (Ricardo) Mejía Berdeja dejó en evidencia que, a pesar de la unidad proclamada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, hay políticos en Morena que no tienen como prioridad el bienestar del pueblo; desde ahí comienzan las divisiones”.
En Chiapas, el proceso de selección fue impugnado, alegando que había “instrucciones desde arriba”, de la mano de Carlos Molina Velasco, líder estatal.
Aunque él se defendió, la consejera política Bárbara Mañón y Gabriel Gutiérrez Ávila denunciaron que había “mano negra” y que hubo “instrucciones desde arriba para favorecer a candidatos oficiales”.
También en Tabasco, Veracruz, Jalisco, Guanajuato y Yucatán se presentaron inconformidades similares, que anticipan un desgaste para el partido que ahora tiene el poder en México.