En Acapulco
A cuatro días del paso del huracán Otis por Acapulco, la población se vuelca a las cuatro gasolineras que están en funcionamiento en el puerto, para buscar abastecer sus vehículos e ir a otras localidades por alimentos, por la escasez que persiste.
Las filas llegan a tardar hasta cuatro horas y los encargados no se dan abasto ante la alta demanda del hidrocarburo.
“Estoy aquí desde las 8:00 de la mañana y llevamos tres horas esperando. Combustible, agua y alimentos es lo que más hace falta. Yo vivo en Costa Azul y no hemos visto que alguien venga a activar nada”, dijo Alejandro Fuentes.
Con un bidón y un garrafón de agua, tardó tres horas en llegar a la estación para llevarse gasolina a su hogar y poder moverse por productos para su familia.
Carlos Guerrero llegó un poco antes, a las 7:00 de la mañana, a formarse en la gasolinera, y señaló a este diario que se necesita una respuesta más activa de las autoridades, debido a que es muy poca la ayuda que va llegando.
“Vivo en la colonia Cumbres y estamos escasos de todo; nos estamos alimentando de lo que vamos consiguiendo y de lo que nos vende la gente que robó en las tiendas. Ahorita no tenemos tanto problema por el dinero, sino que el verdadero problema es que no hay dónde comprar”, explicó.
Junto con su esposa, llevan cuatro garrafones desde su hogar, localizado a unos cinco kilómetros, ya que su automóvil no cuenta con combustible para moverse a algún sitio.
Expuso que, en las colonias altas de Acapulco, lo que no hay es ayuda, ya que las autoridades no han logrado llegar hasta esas zonas, pues sólo se han concentrado en la zona turística, cuando la población del resto del municipio está sumamente necesitada.
Diariamente llegan a Acapulco, desde este fin de semana, dos pipas a las estaciones de Pemex, que están resguardadas por personal de la Secretaría de Marina (Semar), para evitar más rapiña.
Marco López, es un taxista que busca llenar su tanque para seguir dando servicio a las personas; sin embargo, aseguró que, dada la emergencia, ha tenido que subir las tarifas.
Algunos habitantes entrevistados por este diario confirmaron que los costos pueden ir desde los 200 pesos hasta más de dos mil, pues es la única manera de trasladarse.