Decenas de migrantes irregulares provenientes de Haití arriban diariamente a las inmediaciones de la estación del Metro Revolución, en busca de alojamiento en la Ciudad de México, aunque varios de ellos han decidido instalarse en la zona para vender productos en puestos ambulantes.
Las personas extranjeras se mezclan con los indigentes que duermen en las esquinas de la avenida México-Tenochtitlán, en espera de que se desocupe alguna habitación de los hoteles cercanos a la zona.
“Aquí siempre llegan; muchos se esperan y otros se van. No sabemos a dónde, sólo llegan, esperan y pasan algunas horas y se van”, dijo una vendedora de dulces instalada afuera del Metro.
Con mochilas, bolsas y muchos menores, los migrantes permanecen en la avenida buscando taxis que los lleven a los hoteles más cercanos.
No obstante, varios más, que llevan más tiempo rondando las inmediaciones, han decidido autoemplearse; esto es, ocupan los puestos vacíos afuera del Metro para cortar cabello, pintar uñas, vender pollo o diversos productos de fantasía.
Vemos con preocupación que los operativos implementados por el INM, lejos de ser rescates humanitarios, tienden a ser acciones de criminalización y desprecio hacia las personas migrantes y refugiadasConferencia del Episcopado<br>Comunicado
La Razón se acercó a preguntarles sobre su situación y mencionaron que están esperando su trámite de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), que se encuentra a pocas calles del lugar.
Para subsistir, revenden en esa zona productos que compran en el Centro Histórico.
En todo momento se ve a los migrantes de un lado a otro deambulando. Algunos de ellos piden ayuda económica a la población flotante que pasa por ahí y a otros se les puede ver comprando ropa usada.
Comerciantes de la zona aseguraron que, si bien estas personas no representan un problema, les preocupa que haya cada vez más extranjeros en el lugar, pues señalan que el Metro es un lugar de encuentro, ya que ahí llegan y salen camiones foráneos desde y con destino a Oaxaca, los cuales transportan a los indocumentados para agilizar sus trámites legales.
Organizaciones civiles y albergues han advertido acerca de la presencia cada vez mayor de migrantes en esa zona y en la capital del país en general, además de que han alertado que ya no cuentan con espacio para su atención, por lo que muchos tienen que dormir en las calles.
Los migrantes se esparcen por buena parte de la avenida México-Tenochitlán, que hacia el norponiente se convierte en la Calzada México-Tacuba. Ahí, afuera de lo que durante muchos años fue el histórico cine Cosmos –alojó a estudiantes que se escondieron durante la persecución policial del 10 de junio de 1971–, también se puede ver a familias enteras de haitianos, con la desesperación reflejada en sus rostros por no tener para darles de comer, sobre todo, a los niños que forman parte de los grupos.
La presencia en la Ciudad de México es cada vez mayor y en varias partes ya se les ve realizando diversas actividades, como en mercados o avenidas, para buscar dinero.
Aquí siempre llegan; muchos se esperan y otros se van. No sabemos a dónde, sólo llegan, esperan y pasan algunas horas y se vanVendedora ambulante<br>Testimonio anónimo
Tal es el caso de los extranjeros irregulares en la Central de Autobuses del Norte, que tras un operativo fueron retirados el fin de semana pasado, pero que ayer regresaron nuevamente a colocar sus casas de campaña, aunque ahora en otro sitio, pues esperan conseguir dinero para comprar un pasaje más económico y poder trasladarse hacia el norte del país.
También es frecuente observar a mujeres que, en compañía de sus pequeños hijos, piden dinero en el primer cuadro de la capital, en las bocacalles que llevan hacia el Zócalo.
CEM lamenta criminalización de migrantes
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó que el Gobierno de México priorice la contención y no la atención humanitaria para los migrantes que se encuentran en el país, y pidió privilegiar el asilo.
“Vemos con preocupación que los operativos implementados por el Instituto Nacional de Migración (INM), lejos de ser rescates humanitarios, tienden a ser acciones de criminalización y desprecio hacia las personas migrantes y refugiadas”, dijo.
En un posicionamiento público, destacó que Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Chihuahua, Oaxaca, Nuevo León y Tamaulipas se encuentran rebasadas en su capacidad de atención y, por ello, señaló que no ven una estrategia clara con los tres niveles de gobierno para dar una verdadera respuesta a los extranjeros.
Advirtió que la contención y la deportación no son la solución, pues México se está convirtiendo en una gran estación migratoria, en donde no se les permite tener una estancia regular, ni transitar hacia su destino.
Solicitó al INM flexibilizar sus criterios para otorgar las visas humanitarias, además de que privilegie el asilo antes de comenzar los procesos de deportación, y solicitó a todas las parroquias del país que se conviertan en centros de acogida para migrantes.
Más tarde, integrantes de la CEM plantearon de manera directa al Presidente Andrés Manuel López Obrador, sus preocupaciones sobre la descomposición del tejido social y la crisis migrante, durante la 115 Asamblea Plenaria de obispos, realizada en el Estado de México. Ahí, el mandatario respondió con “datos optimistas” como los que presenta todos los días en sus conferencias mañaneras.
“El presidente de la CEM (Rogelio Cabrera López) lo recibió presentándole los temas que se están tratando en la Asamblea, como el problema de la descomposición del tejido social, el proceso para la construcción de paz y, de manera especial, se habló de la preocupación de la Iglesia sobre el problema humanitario de los migrantes en todo el país”, refirió el Episcopado en un comunicado.
“Durante su intervención, el Presidente López Obrador habló de los temas que suele presentar en sus informes durante sus conferencias de prensa diarias sobre cuestiones de inversión extranjera, empleo, las remesas, estabilidad económica, el problema de la drogadicción, entre otros, con datos muy optimistas”, señaló.
Asimismo, el mandatario federal resaltó el valor de la familia en México como una de sus principales fortalezas. Los obispos señalaron que fue el mismo Jefe del Ejecutivo federal quien solicitó visitar y encontrarse con ellos.
Por la mañana en su habitual conferencia matutina, el Presidente dijo que preguntaría a los obispos del país si tenían algunas dudas sobre la conducción del país, con el propósito de “contestarles” cada una de ellas.