Sin una inversión ni método operativo conocidos públicamente, la súper farmacia planificada por el Gobierno federal no va a resolver el problema de abasto, si no mejora la distribución y se regulariza la compra de medicamentos en el país, advirtieron especialistas en las áreas de salud.
El pasado 18 de septiembre, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció una iniciativa para instalar una súper farmacia, “con todos los medicamentos del mundo”, lo que comenzó a resonar debido a los problemas que actualmente existen de desabasto de medicamentos en el país.
No obstante, especialistas en temas de salud coinciden en que la inversión de este proyecto es “un misterio” que tiene pocas probabilidades de dar “frutos” y de terminar con el problema de falta de suministros médicos, a pesar de que el secretario de Salud, Jorge Alcocer, haya dicho recientemente que esta farmacia “ayudaría a terminar con el problema”.
El tema del desabasto de medicamentos ha estado en el centro de la opinión pública, por la escasez de insumos en centros hospitalarios.
El problema se hizo más visible el pasado 2 de febrero, cuando el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), organismo creado en este sexenio y que ya se extinguió, reconoció que no consiguió adquirir 27.9 millones de medicamentos, entre ellos algunos de tipo oncológico.
“Son perspectivas, pero de verdad, lo menos importante es crear una mega- farmacia. Lo que se debe mejorar es la distribución. El Estado concentró los medicamentos y se quedaron en un almacén, ya que tuvieron problemas en la logística de la distribución. No están tomando en cuenta que las medicinas tienen una fecha de caducidad y algunos requieren un manejo especial para su almacenamiento; el problema en México no es el lugar, si es grande, o pequeño, sino la distribución”, expuso a La Razón Julio Copo, especialista en derecho sanitario.
Sólo el predio de la megafarmacia costó dos mil millones de pesos y es un almacén en un terreno de más de 42 hectáreas ubicado en el kilómetro 5 de la carretera Jorobas-Tula, en el municipio de Huehuetoca, Estado de México; sin embargo, hasta hoy no es público cuánto costará en total este proyecto del Presidente Andrés Manuel López Obrador, e incluso en el recién aprobado Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 “no existe ninguna partida etiquetada para financiar la megafarmacia”, aseguró Copo.
La súper farmacia será llamada oficialmente Centro Federal de Almacenamiento y Distribución de Insumos para la Salud (Cefedis), y en el portal de la Secretaría de Hacienda ya se publican documentos de licitaciones, que indican que en el terreno hay dos naves industriales de 94 mil metros cuadrados y decenas de puntos de embarque desocupados.
Para el médico Éctor Jaime Ramírez, diputado del PAN, la centralización de los medicamentos será otro terrible error de este gobierno, ya que este país, resaltó, tiene un millón 964 mil 375 kilómetros cuadrados y, “por ello, determinantemente decimos que jamás podríamos abastecer a todo el país desde un solo punto. El almacenamiento de medicamentos a largo plazo podría llevar a la caducidad de muchos productos, lo que resultaría en un desperdicio financiero. No se sabe cuál es la inversión real ni cuál será el método operativo; es un engaño”, manifestó.
En opinión de Andrés Castañeda, coordinador de Salud y Bienestar de la asociación Nosotrxs, “este megaproyecto no resolverá el tema de desabasto de medicamento si no se regulariza el sistema de compra de los mismos”, por lo que esta propuesta, que podría verse materializada el 30 de diciembre, cuando se realizaría la inauguración, podría implicar “un nuevo fracaso en materia de salud para este Gobierno”.
