El año 2023 se consolidó como uno de los más calurosos, un fenómeno que, a decir de los especialistas, está directamente relacionado con el cambio climático. Por ello, aumentaron sus efectos en territorio nacional, con situaciones como la sequía extrema y la baja ocurrencia de lluvias, lo que afectó el acopio en el sistema de presas.
De acuerdo con el Monitor de Sequía del Gobierno federal, junio de este año ha sido el más caluroso desde el 2018, con una temperatura promedio de 35.3 grados Celsius, mientras que cinco meses han roto el récord de calor desde ese año (enero, marzo, junio, julio y agosto).
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), de enero a octubre del 2021 se registraron en promedio 30.29 grados; en el 2022 fueron 30.36 y para el 2023 son 30.42, lo que advierte el aumento en la temperatura ambiental.
A nivel nacional, las 210 presas que monitorea la Conagua se encuentran actualmente en 52 por ciento de su capacidad total, cuando el año anterior, a estas mismas fechas, se encontraba en 69 por ciento, lo que supone 32 por ciento menos. Además, las presas del Sistema Cutzamala se encuentran en 41 por ciento de su capacidad total, nivel extremadamente bajo, por lo que los gobiernos del Estado de México y de la capital del país buscan alternativas para dotar del líquido a la ciudadanía.
La sequía provocó que las precipitaciones disminuyeran 44 por ciento respecto a su nivel histórico, lo que afectó también la producción de granos como el maíz, y ahora, el país analiza la posibilidad de importar 28 por ciento del grano amarillo.
Otro dato a considerar es la formación de sólo 36 sistemas tropicales en el año, cuando el pronóstico fue de 50 para este 2023, lo cual produjo menos lluvias, menos llenado de presas y menos riego para los cultivos.