Uno de los hechos más significativos este año que culmina, en materia de combate a la inseguridad, se dio con la captura de Ovidio Guzmán López. Tras casi medio año de trabajos de inteligencia, un grupo de élite del Ejército Mexicano culminó un operativo para recapturar a El Ratón en un rancho de la comunidad de Jesús María, en Culiacán, Sinaloa, la madrugada del 5 de enero.
Sin embargo, esta acción dejó un saldo de 29 personas fallecidas, 10 de ellas militares, luego de que los seguidores del hijo de Joaquín El Chapo Guzmán generaron caos, narcobloqueos, enfrentamientos y quema de tráileres en la capital de Sinaloa para presionar al Gobierno por su libertad.
La detención de Ovidio se dio a más de tres años después de la fallida acción, en octubre del 2019, en lo que se denominó el “culiacanazo”, cuando fuerzas federales, en coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR), lo detuvieron, pero horas más tarde lo liberaron por orden presidencial.
El titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, en la conferencia mañanera de ese día, detalló la reaprehensión de Guzmán López y aseguró que la misma “representa un golpe contundente a la cúpula del poder del Cártel del Pacífico”.
La recaptura se logró días antes de la llegada del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, para participar en la Cumbre de los Líderes de América del Norte en la Ciudad de México. Sin embargo, López Obrador negó que esta acción haya sido un “regalo” para el mandatario estadounidense.
“Hay muchas (hipótesis de que fue un regalo a Biden). Desde luego no las compartimos porque nosotros actuamos con autonomía”, declaró en su momento el mandatario mexicano.
Ocho meses después, en plenos festejos de la Independencia de México, se llevó a cabo la extradición de Ovidio Guzmán a Estados Unidos, donde tiene cuentas pendientes en las cortes de Chicago, Nueva York y Washington por delitos de narcotráfico.
Al mediodía del 15 de septiembre fue trasladado del penal de máxima seguridad de El Altiplano, a bordo de un helicóptero de la Interpol, para entregarlo a las autoridades de Estados Unidos en Chicago, donde quedó preso, sin permitir a la defensa del narcotraficante promover algún amparo contra esta decisión.
El gobierno estadounidense reconoció a su contraparte mexicana. El fiscal general, Merrick Garland, destacó que “esta acción es el paso más reciente en el esfuerzo del Departamento de Justicia para atacar todos los aspectos de las operaciones del cártel”.
De igual forma, destacó la labor de las Fuerzas Armadas mexicanas, pues muchos de sus integrantes “han dado sus vidas en la búsqueda de la justicia”.
Ovidio Guzmán acumula en el país vecino 11 cargos penales relacionados con el tráfico de drogas, principalmente fentanilo, y manejo de una empresa criminal, por lo cual ese país solicitó a México su extradición en febrero de este año. El Departamento de Estado ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por el hijo de El Chapo.
El Ratón y su hermano, Joaquín Guzmán López, fueron acusados por fiscales federales en Brooklyn, en febrero del 2019, de distribuir, “consciente, intencionada y deliberadamente”, cocaína, metanfetamina y marihuana para su importación a Estados Unidos.
El 18 de septiembre, Ovidio se declaró no culpable de cinco cargos de narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas de fuego. El 17 de noviembre se realizó la segunda audiencia en el Distrito Norte de Illinois, donde la jueza Sharon Johnson Coleman programó la siguiente para el 18 de marzo del 2024.