Senadora pide romper con cultura patriarcal

“Una mujer tiene que gobernar como mujer”

Presidenta del Senado asegura que quien gane el 2 de julio tiene la responsabilidad de no repetir patrones masculinos de corrupción; violencia política de género, reto a enfrentar, dice

La presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera, en entrevista con La Razón.
La presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera, en entrevista con La Razón. Foto: Eduardo Cabrera, La Razón

Con la experiencia de haber sufrido violencia política de género durante su trayectoria y de que ahora, al encabezar el Senado, ha sido objeto de presiones, casi siempre por actores políticos varones, Ana Lilia Rivera consideró que quien gane la Presidencia de la República “tendrá la responsabilidad de cortar con la cultura patriarcal de la corrupción”.

En entrevista con La Razón, la senadora de Morena destacó que México está en la antesala del momento histórico de tener a la primera mujer Presidenta de la República.

Comentó que a nivel global sigue el proceso de la revolución femenina, por lo que el hecho de que México tenga a su primera Presidenta a prácticamente siete décadas de que se les reconoció la ciudadanía a las mujeres, es un paso fundamental.

Sin embargo, la política tlaxcalteca enfatizó que quien gane las elecciones, ya sea Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, “tendrá que distanciarse de la forma de gobernar de los que, con respeto, lo único que han demostrado es que gobiernan con base en la corrupción y la impunidad”.

Ana Lilia Rivera celebró que actualmente haya más espacios de participación política para las personas del sexo femenino y enfatizó: “Las mujeres tenemos que gobernar con la cabeza, con el corazón y con carácter”.

Rumbo al 2024 se perfila el reforzamiento de las mujeres en el poder en México, sobre todo en la Presidencia…

Siempre he manifestado que la revolución femenina es la revolución más grande del mundo, porque la luchamos todas las mujeres del planeta, es una revolución que no concluye. El 2024 parece que anuncia la primera vez en la historia en que llegará una mujer presidenta, ya sea de la alianza de Morena o de la alianza del PAN, PRI y PRD, pero sea cualquiera de las dos que llegue, tiene un compromiso histórico, porque no basta llegar a la representación como mujer, sino gobernar sin la cultura patriarcal, porque puede ser mujer y reproducir esquemas de Gobierno como lo han hecho ellos, ¿qué quiere decir esto?, gobernar para la corrupción, gobernar para la impunidad, gobernar para los privilegios y gobernar alejados del corazón del pueblo. Una mujer tiene que gobernar como mujer, y que me disculpen los caballeros, pero si algo nos han enseñado ellos durante todo el tiempo que han gobernado, es que la corrupción y la impunidad han acompañado su manera de gobernar. Las mujeres tenemos que gobernar con la cabeza, con el corazón y con carácter.

¿Así lo ha aplicado en el Senado?

Sí. Cuando llegué al Senado, que además nunca fue mi objetivo, siempre cuando me dicen “¿cómo llegaste aquí?”, digo: “Yo no elegí la política, creo que la política me eligió a mí”. Todo lo que hacía desde niña me llevó a estar al frente de las personas, porque en mi corazón hay una llama encendida en contra de la injusticia, quizá porque desde que nací la he presenciado, no la soporto, no tiene razón de ser mi vida si yo me quedo indiferente frente a las cosas que lastiman a otros, sobre todo a los más vulnerables y débiles.

¿Ha sido objeto de violencia política de género?

Sí, todas las mujeres que buscamos la representación del poder político tenemos que enfrentar la violencia política de género en todas sus formas. Primero, discriminación; después, el acoso, luego la difamación y la calumnia, porque lo más fácil es denunciar, escandalizar con la vida privada de las personas o inventar y, al final, cuando todo eso no te logra detener, ya son amenazas, estorbas, no convienes y te amedrentan y en México hasta te matan, todas hemos vivido la violencia y yo la he sufrido también. En algún momento fui candidata a la presidencia municipal del Calpulalpan, que es de donde soy originaria, y días antes de las elecciones empezaron a llegar anónimos a mi casa, y primero era desde “cuida mucho lo que quieres, porque lo que te falta por vivir no te lo imaginas”, después fue “declina” y luego “si ganas, no vas a tener tiempo de disfrutar”. Eran amenazas anónimas.

Todas las mujeres que buscamos la representación del poder político tenemos que enfrentar la violencia política de género en todas sus formas. Primero, discriminación; después, el acoso, luego la difamación y la calumnia

¿Como presidenta del Senado ha sido objeto de presiones?

Éste es un espacio en donde hay mucho poder, y cuando yo llegué aquí, ya en este último año me ha tocado enfrentar resistencias, y todavía me sigue tocando, porque a las mujeres nos quieren poner donde no podamos decidir y dicen: “Eres la presidenta, pero no mandas”. Esas resistencias me están costando, yo estoy recuperando la dignidad y el espacio que esa mesa representa para este poder.

Hay muchos senadores que quieren reelegirse. ¿Ana Lilia Rivera se va a reelegir?

Voy a buscar la reelección, pero quien lo va a decidir es el pueblo de Tlaxcala. La reelección es una ratificación de confianza, la ratificación de confianza se tiene que dar en torno a qué hiciste en estos seis años, qué hiciste por el país, por tu estado, por fortalecer el pacto federal, por la República. Yo no voy a ratificar a un senador que no viene, que tiene faltas, que se sale del pleno, que no va a comisiones, que no presenta iniciativas, que no rinde un informe de su trabajo.

¿Cómo cerró Morena 2023, cuál es el balance tras el proceso interno para definir a su abanderada rumbo a 2024?

La búsqueda por el poder siempre deja damnificados, pero creo que el llamado del pueblo es tan grande, que hasta los que buscaron el rompimiento calcularon que no les alcanzaba y que iban a estar políticamente acabados si en este momento desertaban del movimiento, porque no hay justificación alguna, la justificación es “no me tocó, me voy”, no hay justificación, sobre todo ante una encuesta que fue transparente, porque tuvieron una encuesta espejo, conocieron la metodología, entonces, la única justificación fue la ambición por el poder y no pudieron, por eso se quedaron.