La caravana migrante reiniciará este jueves su traslado hacia la Ciudad de México, una vez que decidieron continuar su travesía por el país; sin embargo, se enfrentarán con un frente frío con rachas de hasta 100 kilómetros por hora en Oaxaca, lo que los pone en grave riesgo.
En entrevista con La Razón, Luis García Villagrán, vocero del éxodo dijo que en este momento hay mil 700 migrantes en Santo Domingo Ingenio en Oaxaca, entre los cuales se encuentran 452 menores de 14 años.
“Hay gente en Juchitán, en San Pedro Tapanatepec, en Arriaga y en otros sitios que se van a sumar a la caravana para sumar más de tres mil personas en total. Queremos salir mañana temprano y juntarnos en Juchitán”, destacó.
El vocero dijo que la mayor preocupación de la caravana es el frente frío con rachas de hasta 100 kilómetros por hora, por lo que esperan que en su travesía aminore la fuerza del aire para hacerlo más pasajero y de menos riesgo para la gente. “No tenemos respuesta de nada de las autoridades y no nos queda de otra que seguir caminando. Nadie nos ha respondido acerca del corredor humanitario y ya perdimos la esperanza en ello”, dijo.
Explicó que la mayoría de los migrantes presentan enfermedades respiratorias, por lo que reprochó que ninguna autoridad se haya acercado para verificar su estado de salud, y comentó que, en un traslado de reconocimiento por las carreteras, se descubrió que hay varios autos que se voltearon por la fuerza del viento.
Por otra parte, las bajas temperaturas de hasta menos dos grados Celsius han ocasionado que los migrantes que se encuentran en Piedras Negras, Coahuila, se enfermen y tengan que cubrirse con periódico, bolsas y hasta cinco cobijas cada uno.
Incluso, los migrantes han tenido que “pausar” el sueño americano, debido a que el clima no permite, ni siquiera cruzar por el río, dado el congelamiento que hay y que puede ser de grave riesgo para ellos.
“Hace mucho frío, pero ya no tenemos recursos para protegerlos de tanto; si bien les damos cobijas, necesitan más, ya que están a la intemperie. O sea, están dentro del albergue, pero en las afueras, no en cuartos, porque no tenemos las condiciones, lo mejor es que permanecieran en un lugar donde estuvieran protegidos, pero les damos hasta cinco cobijas a cada uno”, explicó Isabel Turcios, directora del albergue Casa Frontera Digna.
La responsable del refugio explicó a este diario que se han levantado a las tres de la mañana para dar rondines, y se han dado cuenta que los migrantes a los que albergan “mueren de frío”, debido a que en la localidad se sienten temperaturas de hasta menos dos grados.
Además, dijo que el viento ha sido otro factor para que los migrantes se enfermen, toda vez que es muy frío y le genera daños a su salud; “por el frío se ponen bolsas, periódicos y muchas cobijas; hacen como un rollo y se meten para mantenerse calientes, ya que el clima es muy intenso en estos momentos”, dijo.
Señaló que por el momento no se ven extranjeros irregulares en las calles, pues si bien antes de Navidad entraban al estado hasta dos mil personas diarias, el número ha bajado a 200 o menos.