A poco más de dos meses de su fallecimiento, el pleno del Senado realizó un homenaje póstumo al legislador por Coahuila, Armando Guadiana Tijerina, quien fue considerado como un defensor de la democracia y un político auténtico.
Con la imagen del empresario coahuilense al centro del salón de sesiones, su hijo Armando Guadiana Mandujano, destacó las cualidades de su papá y de trabajar hombro con hombro con todos.
“Mi señor padre nos enseñó que la vida hay que vivirla al máximo, porque nunca sabe uno cuando se acaba el corrido y el suyo era ‘Un puño de tierra’”, manifestó con la representación de su familia.
Agregó que como experiencia que dejó su papá en la lucha contra el cáncer son “sus ganas de vivir. Nunca se rajó, hasta el último aliento, y ese mismo espíritu aventurero y guerrero siempre lo llevaré a donde quiera que vaya y donde quiera que esté”.
Invadido por la tristeza, el senador de Movimiento Ciudadano, Luis Ortiz, no pudo contener las lágrimas al subir a tribuna para dirigir un mensaje durante el acto en memoria de Guadiana. Pidió perdón a su familia y a sus compañeros, “pero no puedo”, mientras solicitaba que leyeran su texto.
A nombre de la Junta de Coordinación Política del Senado, el morenista César Cravioto, aseguró que Armando Guadiana fue un político auténtico, pero además “un demócrata y quería la democracia en su estado”. Enfatizó que “luchó por lo que quería y dejó huella”.
Por su parte, el senador del Grupo Plural, Germán Martínez, refirió que Guadiana tuvo una larga vida “porque la supo aprovechar”. Añadió que el empresario carbonífero en su momento defendió no solo la gubernatura de Coahuila, sino la democracia para su entidad.
“Efectivamente la vida es breve para quien no la aprovecha, para quien la gasta en mezquindades y vilezas, Guadiana no la gastó en eso. Hizo amistades, hizo cariños y explotó corazones”, enfatizó.
El líder del PAN en el Senado, Julen Rementería, manifestó que Guadiana, quien murió el pasado 26 de diciembre a causa del cáncer que padecía, defendió siempre las causas generales por encima de las particulares.
“Tuve la oportunidad de tratarlo muy bien y discutimos muchísimo, pero siempre con mucho respeto y con gran calidad en sus exposiciones, pero siempre respetando lo que pensaban otros”, añadió, al recordarlo como un hombre bueno y decente que luchaba “aun en aquellas causas en las que la fuerza política no coincidía, votaba en contra y eso hay que decirlo y reconocerlo, no muchos, los cuento con los dedos de esta mano, los que se atreven a hacer eso”.
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