Los miles de migrantes irregulares que se encuentran en México enfrentan una situación sanitaria precaria, pues entre ellos están presentes cada vez con mayor frecuencia enfermedades respiratorias, gastrointestinales, anemia y dermatitis, sobre todo en niñas y niños, y el sistema de salud pública no les brinda la atención requerida.
La médico general egresada de la UNAM, Mónica Alarcón refirió que desde el 2023 en su consultorio ubicado en avenida Río Consulado, perteneciente a una cadena de farmacia, ha visto un notable incremento de personas en condición migrante y refiere que cada día “al menos cinco migrantes visitan el consultorio, sobre todo de origen venezolano, que se encuentran viviendo en las vías del tren”.
Frente a este aumento, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) instruyó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a entregar copia del listado de consultorios anexos a farmacias (CAF) en Nuevo León, pero esto podría hacerse extensivo a todos los estados.
“Es muy triste cuando te toca ver niños, que llevan días en condición de anemia, con cuadros de dermatitis ya muy severa y, por su puesto, con enfermedades respiratorias que curiosamente en esta temporada ya de calor no han bajado”, explicó la doctora Mónica Alarcón, quien adicionalmente comenta que normalmente los migrantes asisten por la consulta, pero casi nunca compran el medicamento, y “es porque no les alcanza”; de ese modo, “saben lo que tienen, pero tardan en tratar el problema”.
El Inai instruyó a la Cofepris a contar con información sobre esos consultorios en la mencionada entidad, lo que permitirá reconocer áreas de oportunidad para construir una política integral en materia de salud, encaminada a atender tanto a la población migrante, señaló Blanca Lilia Ibarra Cadena.
“El pasado mes de diciembre, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que, en Centroamérica, entre los años 2022 y 2023, el flujo migratorio hacia países de acogida —aquellos que aceptan recibir anualmente un número determinado de migrantes— se multiplicó por tres (…) En este marco, fortalecer las políticas de salud se convierte en un tema prioritario para salvaguardar la integridad de las personas que atraviesan nuestro país en busca de mejores condiciones de vida. Además, porque el derecho a la salud está reconocido en nuestra Constitución federal para todas las personas, sin importar su nacionalidad”, dijo la comisionada
En referencia a este asunto, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM-ONU Migración) ha realizado visitas constantes a algunos albergues en el país, con el objetivo de acondicionar un espacio y ofrecer en él atención médica a las personas beneficiarias del Programa Regional de Retorno Voluntario Asistido (RVA). El primero en atender fue en la alcaldía Cuauhtémoc de la CDMX.
“Para una persona migrante en tránsito por la Ciudad de México, recibir atención médica puede convertirse en una situación compleja por el desconocimiento sobre cómo acceder a los centros de salud y al enfrentarse a negativas de atención por su condición migratoria”, explicó Ivonne Aguirre, coordinadora de Operaciones del programa RVA.
Los padecimientos más frecuentes manifestados entre las y los beneficiarios del programa RVA son enfermedades respiratorias, gastrointestinales, padecimientos crónicos como diabetes, presión arterial y problemas cardiacos, además de atender a mujeres embarazadas. En el 2023 se registraron tres mil 450 consultas dadas a los beneficiarios de este programa y, de esas consultas, el 85.9 por ciento se hicieron a niños de entre 0 y 9 años, explicó Aguirre.
Anayeli Flores, trabajadora humanitaria de la salud que desde hace varios años forma parte del equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) que atiende las necesidades más urgentes de la población migrante en la frontera norte de México, dijo a La Razón que su función es alertar sobre las situaciones que están ocurriendo en cuanto a las enfermedades de migrantes.
Flores se asentó en Matamoros, Tamaulipas, donde a diario atienden a miles de migrantes pero expiden una receta médica tan solo “de tres a cinco personas. El resto no quiere, porque no quieren que haya un registro y es por miedo a ser deportados”, expuso.
Reconoció que hay muchos desafíos en la atención en este punto fronterizo. “El contexto es muy volátil y me sorprende la velocidad con la que ha cambiado en estos años. Tiene una historia también de migración interna, laboral, que ha ido incluyendo a personas extranjeras”, dijo.