Con el propósito de contar con una aplicación futura para mitigar de manera efectiva los efectos del cambio climático, un equipo de investigadores y estudiantes del Laboratorio de Ecofisiología de Sistemas Terrestres (LEET) del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, realiza un trabajo con nuevas especies de plantas distribuidas en áreas estratégicas y comentaron que con ellas se intenta “cultivar un pulmón que ayude a medir el potencial hídrico a través de las plantas”.
La investigadora del IE que encabeza el LEET, Tonantzin Tarin Terrazas, dijo que en el lugar sus colaboradores (tres investigadores del Instituto Tecnológico de Sonora, ocho estudiantes y dos posdoctorantes de esta casa de estudios y de la UNAM), miden directamente en los brazos de las plantas la presión que aumenta ante la carencia de humedad y disminuye en presencia de esta.
En su trabajo, los científicos utilizan una bomba portátil llamada cámara de presión tipo Scholander, parecida a un medidor de presión arterial humana.
“Llevamos tres de estas bombas al campo y tomamos muestras de las nueve especies predominantes del ecosistema, pero debemos hacerlo de madrugada, antes de que salga el Sol, que es cuando las plantas han acumulado humedad durante la noche”, añadió.
Posteriormente, se toman más muestras cada dos horas y se percibe que el potencial hídrico comienza a hacerse negativo, revelando el comportamiento fisiológico de las plantas. Básicamente, es una fuerza que se mide con unidades de presión como el Bar y el Magapascal.
La especialista destacó que entre más presión se necesita para mover esa agua contenida en la planta, quiere decir que esta permanece más estresada o deshidratada.
Los científicos las agrupan identificando cuáles son perennes, caducifolias, leguminosas, así como cuáles llegan a los mantos freáticos para acceder al agua, o cuáles dependen de la lluvia de verano.