Menos de 10 minutos tardó en perpetrarse el asalto a la embajada de México en Quito por parte de las fuerzas militares y policiacas para sacar cargando al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, ante los intentos infructuosos del jefe de Cancillería y Asuntos Políticos de México en ese país, Roberto Canseco.
En un video revelado ayer por el Presidente Andrés Manuel López Obrador durante la conferencia matutina, se observó al diplomático mexicano defender a toda costa, incluso de su propia vida, la soberanía de la embajada, siendo violentado, mancillado, apuntado con un arma larga y golpeado por los militares.
El audiovisual, tomado de las cámaras de vigilancia de la misma sede diplomática, registra el momento exacto en que las fuerzas del orden irrumpen en el área de la biblioteca, rompiendo la puerta con un ariete policial de al menos 13.8 kilogramos, luego de haber brincado por las bardas del inmueble.
Vestido con una chamarra azul con negro, Canseco corre hacia otra de las entradas para intentar obstruirla con un librero de madera e impedir que ingresaran más uniformados, momento en que uno de ellos, que porta una lámpara, se acerca a él y comienzan a forcejear, pero la fuerza no le alcanza y termina siendo aventado.
En ese instante entran más policías, uno de ellos toma su arma larga para amedrentarlo y otro lo trata de agarrar; el pasillo de la embajada se llena de uniformados encapuchados, mientras seis de ellos sacan cargando de pies y brazos al exvicepresidente Glas, en tanto, Canseco sigue el forcejeo y es bloqueado con escudos para no acercarse a su asilado político.
Detrás de las fuerzas del orden salen tres civiles, que grababan el momento en que era sacado Jorge Glas, a manera de documentar el hecho. El diplomático mexicano vuelve a forcejear con dos policías, uno de ellos lo toma por la parte de atrás y lo tira al suelo; de inmediato se vuelve a levantar y corre hacia la puerta, donde se enfrenta a otro policía.
En la parte de afuera, donde se ubica el estacionamiento de la embajada, el diplomático vuelve a chocar con la policía, que le impide acercarse a los vehículos donde salió el exvicepresidente. Uno de los guardianes lo toma por el cuello y lo regresa hacia el interior. Ahí concluye la grabación del área de bibliotecas.
Un último intento hizo el diplomático mexicano por impedir la salida de dos camionetas, pero de nuevo lo detienen las fuerzas de seguridad; uno de los elementos lo somete, mientras él estaba de rodillas, con la cara al suelo. Grita: “Es un atropello, no puede ser”, pero el operativo había concluido.