El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, afirmó que cuando “esté listo” su homólogo Andrés Manuel López Obrador, lo invitará a “comer un ceviche y unos tacos” para solucionar el conflicto diplomático entre ambas naciones; dijo no arrepentirse de haber ordenado el asalto a la embajada mexicana en Quito.
“Invitaré a López Obrador a comer un ceviche, y probablemente también podemos comer unos tacos y hablar, cuando él esté listo”, manifestó en entrevista con el canal australiano SBS sobre la ruptura de relaciones diplomáticas entre las dos naciones, el 5 de abril pasado.
Tras la condena casi unánime de la comunidad internacional por romper la inviolabilidad de una sede diplomática, reconoció que “fue una decisión muy difícil de tomar”, pero que lo hizo porque su gobierno considera que fue México el primero en violar las convenciones internacionales.
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“Es primero una violación del Gobierno mexicano, a la que luego le sigue otra violación, pero teníamos que actuar, teníamos que tomar una decisión porque había un plan para escapar del que estábamos al tanto”, aseveró Daniel Noboa.
“Nosotros condenamos el hecho de que algunos gobiernos usen sus embajadas bajo la fachada de un refugio político que en realidad es impunidad, es salvar a los criminales de sus sentencias”, sostuvo.
Durante la plática con la televisión australiana, el gobernante ecuatoriano explicó que la Convención sobre Asilo de Caracas establece que no se le puede dar asilo a una persona procesada en tribunales ordinarios por delitos comunes.
El exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas Espinel, tenía una orden de aprehensión e ingreso en prisión preventiva por el caso de las obras de reconstrucción del fuerte terremoto ocurrido en 2016, donde está imputado por presunto peculado.
También debe volver a prisión para terminar de cumplir una condena de ocho años de cárcel por cohecho y asociación ilícita, de las que ya purgó cerca de cinco años cuando a finales de 2022 fue excarcelado por una polémica resolución judicial de medidas cautelares.
“En este caso Jorge Glas tenía una sentencia, y tenía que estar en la cárcel”, insistió Daniel Noboa, para quien se “tuvo un juicio justo”, acotó.
En fecha reciente, un tribunal de Ecuador declaró ilegal y arbitraria la detención de Glas Espinel, el 5 de abril pasado, pero se mantiene en prisión por tener pendiente la condena por el caso de sobornos donde fue sentenciado el expresidente Rafael Correa, por asociación ilícita en el caso Odebrecht.
Daniel Noboa resaltó que la decisión de irrumpir en la Embajada de México en Quito tiene como propósito que lo vean como “alguien que es justo, no necesariamente como un tipo duro.
“Si Glas hubiese escapado usando vehículos de la embajada y aviones del Gobierno mexicano, yo habría parecido muy débil para todos. Ahora que lo he hecho, me ven como muy duro. Es difícil contentar a todo el mundo, pero la mayoría de la gente en el país está feliz con esta decisión”, aseguró.
La irrupción de las fuerzas militares y policiacas en la embajada de México llevó al Gobierno de López Obrador a romper relaciones con Ecuador y denunciarlo ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, por considerar que se violó su soberanía y también el derecho internacional.
JVR
