El 2023 fue el año de mayor problema

Ponen expertos lupa en sequía de 25 ciudades

Expertos señalan que la crisis hídrica requiere acciones inmediatas y políticas públicas más eficaces; llaman a trabajar de manera interdisciplinaria para entender los procesos ecológicos

El lago de Pátzcuaro enfrenta una sequía nunca vista Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, Tijuana, Ecatepec de Morelos, Puebla de Zaragoza, Ciudad Juárez; Guadalajara, Zapopan, Monterrey, Nezahualcóyotl, Mérida, Cancún, Saltillo, Aguascalientes, Hermosillo, San Luis Potosí, Culiacán, Querétaro, Naucalpan de Juárez, Morelia, Chimalhuacán y Tlalnepantla de Baz son alguns de los nombres que hasta el momento están registrados con las mayores densidades de población y demanda de agua, por lo que para varios expertos es “importante y prioritario garantizar el suministro de agua de calidad en dichos lugares”.

“La crisis hídrica en nuestro país es una realidad que requiere de acciones inmediatas y políticas públicas más eficaces, toda vez que genera una grave pérdida de bienestar social”, expuso el coordinador Universitario para la Sustentabilidad, de la UNAM, Eduardo Vega López.

“Una de las metas prioritarias que se debe plantear es empezar por garantizar el suministro de este recurso natural de calidad en las 25 principales ciudades del país, que, al ser las más densamente pobladas, se logra mayor cobertura”, señaló.

De acuerdo con datos recientes de la Comisión Nacional del Agua, publicados en enero pasado, 2023 fue el año más seco y el más cálido de las últimas décadas, recordó el universitario durante el encuentro organizado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y el Consejo Mexicano de las Ciencias Sociales (COMECSO).

En este contexto abundó: fue el de mayor sequía a partir de 1941, debido a que hubo menos precipitaciones y baja acumulación de flujos y almacenamiento, además de ser el más caluroso desde 1953.

Otro indicador de que nuestro país está ante un serio problema en la materia -con cifras disponibles, medibles y corroboradas en diferentes fuentes-, es que el volumen utilizable de agua renovable, medida en metros cúbicos por habitante en las 13 regiones hidrológicas administrativas, registra una marcada tendencia a la baja.

Al hacer uso de la palabra, la investigadora del Departamento de Ecología y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Irene Pisanty Baruch, estimó que ninguno de los problemas ambientales que enfrenta el país se puede resolver sin considerar la dimensión biológica y otros elementos.

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Entender los procesos ecológicos que suceden en la naturaleza, ya sea afectados de manera natural o antrópica, es una herramienta fundamental, pero no alcanza para entender nada si no consideramos el lado social y económico en donde la interdisciplina es fundamental, abundó.

Pisanty Baruch manifestó que el deterioro ambiental y ecológico que se vive en el desierto de Cuatro Ciénegas, en México, se trata de un ejemplo de las afectaciones por la falta de disponibilidad de agua en una zona árida.

Acabar con los sistemas hidrológicos, además de ancestrales y únicos, es como darse un balazo entre ceja y oreja y es una lógica que no escapa a quienes estamos por la conservación del medioambiente, de otras especies y de nosotros mismos, puntualizó.

Instan a renovar marcos legales respecto al agua

La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Marcela Guerra Castillo, afirmó que la escasez de agua potable apta para el consumo humano debe ser, en México, una prioridad de seguridad nacional, por lo que urgió a crear política de gestión que actualice marcos legales que rigen el manejo del agua.

“Ochenta por ciento del país enfrenta carestía o sequía”, dijo la legisladora, quien urgió a destinar mayor financiamiento público para mejorar la infraestructura hídrica, más y mejores controles de calidad y combatir prácticas como la no factura o cobro del agua.

“Se requiere de una nueva política de gestión que incluya actualizar los marcos legales y regulatorios que rigen el manejo del agua. La escasez de este líquido se puede convertir en una crisis social, toda vez que afecta a los grupos más vulnerables de la población. Las familias mexicanas destinan el 16 por ciento de su ingreso mensual a la compra de agua embotellada y pipas, aunado a que pagan la tarifa pública”, advirtió.

Dijo que la población de algunas zonas de la Ciudad de México no es la única que enfrenta este problema, según estudios del Colegio de México (Colmex), el agua que se suministra en algunas partes de Michoacán, Guerrero, Estado de México, Morelos, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Oaxaca, Aguascalientes, Guanajuato, Veracruz, Sinaloa, Durango, Nayarit, Jalisco, San Luis Potosí, Nuevo León, Tamaulipas, Sonora, Coahuila, Chihuahua, Baja California Sur, Baja California, sobrepasa los límites de contaminación.

“Urge la toma de decisiones para que México cumpla los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el número 6 que habla de agua limpia y saneamiento, como parte de las políticas para mejorar la vida y las perspectivas de las familias mexicanas”, insistió.

Por ello se requiere invertir en modernización y conservación de infraestructura para una gestión más eficiente e incluso se debe analizar la conveniencia de permitir la inversión extranjera para enfrentar esta problemática, tomando en cuenta que se necesita una inversión promedio superior a los 86 mil millones de pesos anuales, durante los próximos ocho años .

También, es momento que el sector empresarial asuma mayor responsabilidad en el tratamiento de las descargas hídricas, para luego aprovecharlas en el reúso, incluso como fuente de abasto a las redes.