Personal médico, administrativo y de otras áreas del Hospital Infantil de México Federico Gómez protestaron esta mañana en demanda de la sustitución del nuevo director Adrián Chávez, a quien acusan de acoso y hostigamiento laboral, así como una gestión que ha llevado a la carencia de medicamentos e insumos para brindar atención a pacientes.
Decenas de trabajadores se apostaron afuera de la oficina del funcionario para exigir que saliera a explicar los cambios emprendidos, como el dar marcha atrás a las dos horas de salida anticipada en la jornada laboral a la que tenían derecho.
Una persona que labora en este hospital y que pidió el anónimato para evitar represalias aseguró a La Razón que viven “un momento crítico”, pues además de amagos, enfrentan la carencia de insumos elementales para garantizar la salud de las y los niños que acuden.
Estamos viviendo un momento muy crítico, donde la falta de medicamentos e insumos básicos impactan en el instituto más importante de atención de niños. Es triste que no se tenga ni para trapear”
“Estamos viviendo un momento muy crítico, donde la falta de medicamentos e insumos básicos impactan en el instituto más importante de atención de niños en México. El 30 de abril cumplió 81 años y es triste que siendo un hospital vanguardista no se tenga ni para trapear y hacer una limpieza adecuada, todo se hace con agua”, aseguró la persona consultada.
Añadió que esto termina por impactar la salud de los menores, a quienes se expone a contraer algún tipo de bacteria por la inadecuada higiene en la que se ha caído y lo cual se agrava por la falta de medicamentos como antibióticos.
Dijo que la inconformidad del personal parte también de considerar que no cuenta con un perfil curricular adecuado para el puesto, pues además asegura que el director ha alardeado tener “palancas” con el Gobierno federal.
Otra persona trabajadora denunció que Chávez López removió las jefaturas de áreas indispensables, como la de trasplantes, a la cual, afirmó, también ha restado importancia por enfocar recursos y esfuerzos a cumplir un proyecto con el que llegó: abrir una sala de trauma.
Sin embargo, la inconformidad con esto es que el personal ve un proyecto “atropellado” para el cual no hay espacio suficiente que garantice que el plan salga adelante y pueda brindar la atención que se espera de un espacio así ante una urgencia médica.
“Hay gente que no es médico y va dos o tres veces al hospital, porque se dedican a otra cosa, y ahí los tiene. Este discurso de poca corrupción y que es una persona honesta parece que no la aplica de manera pareja a todo mundo. Hay gente que no tiene el currículum para ocupar jefaturas, como el de neurología, oncología, radiología, cardiología”, dijo.
Hizo hincapié en las consecuencias que han enfrentado sobre todo en el área de trasplantes, donde afirma que se “burocratizó” el proceso para atender pacientes, pues afima que hay mayor dilación para concretar tomas de muestras y hasta la aplicación de quimioterapias.
“Faltan medicamentos básicos, desde el paracetamol y desde las cosas más sencillas para tratar patologías que recibimos. Eso sí, están licitando otras cosas y quiere poner el centro de trauma y poner aparatos donde no hay lugar y le está dando prioridad a este tipo de caprichos en lugar de levantar lo que hace falta”, reclamó.
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FGR
