Mujer y sus hijos casi enfrentan huracán en la calle

“Por estar vendiendo no pudimos volver a casa”

Familias y turistas se resguardan en albergues ante el impacto de Beryl en Quintana Roo; taxistas hacen su agosto al cobrar a los visitantes hasta 8 mil pesos por traslado

Turistas esperan un taxi en el aeropuerto de Cancún, ayer.
Turistas esperan un taxi en el aeropuerto de Cancún, ayer. Foto: Jorge Butrón, La Razón

En Quintana Roo

Martha y sus tres hijos estuvieron a punto de sortear el impacto del huracán Beryl, de Categoría 3, en la calle. Por estar vendiendo chicharrones para ganarse la vida, ya no alcanzaron a llegar a su domicilio. Pero elementos de la policía municipal de Solidaridad lograron ponerlos a salvo al llevarlos a un albergue.

“Por estar vendiendo nos agarró la noche y ya no pudimos llegar. Los policías nos trajeron al refugio para esperar a que pase la tormenta. Sólo me preocupan mis hijos. Al menos nos dieron galletas y algo de comida”, dijo a este diario.

Martha y sus hijos son una de las 20 familias en Playa del Carmen que, desde la tarde de este miércoles, llegaron a uno de los refugios que se instalaron en Quintana Roo para la población en riesgo ante el impacto del huracán Beryl.

La mayoría de las personas que se quedaron en el albergue son adultos mayores que viven solos en sus hogares y que, por recomendación de familiares, amigos y autoridades se trasladaron aquí mientras pasa el ciclón tropical.

Además, muchos de ellos tienen enfermedades crónico-degenerativas, que las autoridades del lugar han atendido puntualmente.

Jaime Martínez, habitante de la colonia Ejidal, contó que decidió resguardarse ante el elevado riesgo que existe de inundación en su hogar, por lo que fue desalojado junto a su familia a una preparatoria cercana habilitada como albergue, en lo que pasa la tormenta.

Habitantes del municipio pernoctan en un albergue, ayer.
Habitantes del municipio pernoctan en un albergue, ayer.

Al llegar, los responsables del sitio le dieron dos botellas de agua, un atún y un paquete de galletas saladas, como alimento para la noche.

Incluso, trabajadores del municipio de Solidaridad llegaron al albergue para resguardarse, por recomendación de las autoridades locales.

“Hemos estado en otros huracanes, pero esta vez decidimos resguardarnos. Yo trabajo en el municipio y desde las ocho de la noche se paró todo el movimiento; dieron la orden de suspender todo el servicio de transporte y mucha gente se quedó varada”, dijo Armando.

En tanto, Martha aprovechó el lugar para vender sus productos a quien quisiera ayudarle: “De a 20 pesos cuestan los que guste”, dijo, mientras despachó a una pareja que se acercó a comprarle.

se quedan varados. Algunos turistas no pudieron salir de Playa del Carmen y tuvieron que quedarse en el refugio, debido a que el transporte dejó de fluir por la tarde-noche del jueves.

Los pocos taxis que daban servicio cobraban a los turistas entre mil y dos mil pesos por llevarlos a un refugio a pasear la noche, debido que los que tenían contemplado ir a Tulum –a unos 30 minutos– ya no lograron abordar algún transporte.

A las afueras, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a través del Plan DN-III, realizan rondines de seguridad y auxilian a la gente varada.

Fue a las 21:00 horas cuando la lluvia comenzó a caer en Solidaridad, y la intensidad, en un primer momento, duró 45 minutos, pero las rachas de viento asustaron a varios de los ciudadanos que se registraron en la parte alta de la escuela preparatoria.

Previo a que el meteoro pegara de lleno a la región, en Cancún, varios turistas quedaron varados. Antes de las seis de la tarde ya no había transporte y los pocos taxistas que aún operaban cobraban hasta ocho mil pesos para un trayecto desde el aeropuerto al centro.

Los traslados a Tulum y otros municipios fueron cancelados y sólo había salidas a Playa del Carmen, que cerraron a las siete de la noche. Después de esa hora, las calles quedaron semidesiertas.