Entre admiración y tradición, los cadetes de la Universidad Naval de la Secretaría de Marina (Semar) eligen a la institución por ser, para ellos, la mejor opción para un futuro profesional.
Akira Carrillo Ábrego, estudiante de la carrera de electrónica, aseguró que el deseo de entrar a la Marina se dio porque desde muy chica vio en televisión los desfiles del personal castrense, lo que detonó su sueño.
“La verdad es muy buena opción, tanto económicamente, como disciplinariamente, ya que la Armada nos abre muchas puertas y nos suministra de todo; nosotros lo único que hacemos es estudiar y superarnos”, explicó.
Oriunda del municipio de Champotón, Campeche, mencionó que su deseo desde muy pequeña fue estar en las Fuerzas Armadas de México, a raíz de esa situación, por lo que hizo todo lo necesario para entrar y seguir su carrera profesional.
“Es muy difícil ingresar a una carrera naval, pero hice todo lo necesario para lograrlo, además de que mi familia fue el impulso que necesitaba para decidirme por completo a tomar el camino de la Armada”, narró a La Razón.
Sostuvo que lo más difícil para ella fue el tema de la adaptación de la rutina, pues para todo hay listas de asistencia, además del control y los horarios, pero aclaró que después de unos meses se hace rutina y se vuelve un “empuje” para salir adelante.
Brandon Miguel Rivera Pérez, de tercer año de la carrera de Intendencia Naval, originario de Boca del Río, Veracruz, explicó que viene de familia militar, por ello, creció en ese ambiente y vio las oportunidades desde una edad muy temprana, por lo que llegar a la Marina no fue una decisión complicada.
“Lo que te ofrece la Marina es calidad de vida, porque te da todas las oportunidades y herramientas para el desarrollo personal y profesional. Mi familia está muy orgullosa, pero es importante reconocer que cuando un estudiante entra, allá afuera, somos el máximo orgullo de nuestras casas”, aseveró.
Brandon Miguel Rivera Pérez detalló que en lo particular se le complicó el tema de la condición física, pues si bien en la calle realizas algún tipo de ejercicio, no es lo mismo al entrar a la Marina, ya que este se especializa y no es la misma exigencia, al grado que lo comparan con atleta olímpico.
Raquel Zuriel Pérez Castañeda, cadete de tercer año, mencionó que desde pequeña le impactó todo el entorno de las Fuerzas Armadas, por ello, platicó con su familia al salir del bachillerato para buscar la manera de ingresar y comenzar una vida profesional con muchos beneficios.
“Yo soy de la Ciudad de México y la verdad desde muy pequeña me gustó, por eso hablé con mi familia y aceptaron; ahora ya estoy en tercer grado y pienso seguir superándome, pues pienso que es un beneficio directo para mi familia y por mi país”, agregó.
Entre las cosas que más le han gustado a Raquel se encuentra el manejo de las armas y toda la logística que hay en ella, pues a pesar de que va por una carrera profesional, entiende que parte de su labor es proteger a la población mexicana, ante cualquier situación que los ponga en riesgo.
“A mí me gusta mucho lo que hago y espero poder llegar más arriba, porque sigo soñando”, dijo.
Heriberto Cano Muñoz, jefe de estudios de la Heroica Escuela Naval de Veracruz, aseguró que el servicio al país y el liderazgo profesional son los principales motivos por los que los jóvenes prefieren sus estudios en la Armada de México.
“Principalmente yo he detectado que es el servicio al país y ser líderes de excelencia, son los principales motivos por los que los jóvenes prefieren a la Marina en su desarrollo profesional”, destacó.
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LMCT
