Ante las comparaciones con los exmandatarios priistas y panistas que hizo el miércoles el Capitán Marcos, antes Subcomandante Marcos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador respondió con ironía que “él debe de ser Zapata”.
En un afán por no polemizar con el líder de la guerrilla zapatista, el mandatario opinó que está en su derecho de libre expresión: “Y hasta Marcos dice que soy Díaz Ordaz, y Salinas creo. Él debe ser Zapata, pero no me voy a meter a la polémica”.
Ante la insistencia de la prensa, agregó: “Está él en su derecho, como todos nuestros adversarios, que no son nuestros enemigos. No voy a polemizar. Es que cada quien tiene que asumir su responsabilidad y hacerse cargo de sus palabras, de sus dichos”.
El miércoles, el líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hizo un balance del final de sexenio de López Obrador.
“Tuvo el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz; el nacionalismo de cartón-piedra de Luis Echeverría Álvarez; la demagogia corrupta de José López Portillo; la mediocridad administrativa de Miguel de la Madrid; la perversidad de Carlos Salinas de Gortari; la vocación criminal de Ernesto Zedillo; la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox; el militarismo y la mecha corta de Felipe Calderón; y la frívola superficialidad de Enrique Peña Nieto”, aseguró.
Luego de un largo tiempo de silencio, el líder encapuchado emitió un comunicado titulado “El Viaje”, donde se lanzó contra López Obrador, al cual cuestionó: “¿Quién es? al criticar a la corte de aduladores de todos ellos (...) sólo cambian los presidentes, cambian las nóminas, pero lo del autoelogio y lo chillón, sí es parte del estilo personal de gobernar”.
Expuso que el Presidente “todas las mañanas enciende el limpiaparabrisas del vehículo que algunos llaman todavía nación. Aparta así la multitud de insectos y suciedad que se ha adherido al cristal. Que nada opaque o deforme su visión del camino, ni las letras doradas que habrán de enaltecer la historia patria o, mejor aún, la mundial”.