Los cuestionamientos de Estados Unidos y Canadá a la reforma judicial que se discute en México, alcanzaron un mayor nivel luego de que, desde los gobiernos de ambos países, a través de secretarías de Estado, respaldaron a sus embajadores al ratificar la preocupación que existe frente a los cambios constitucionales que supone la enmienda del mandatario federal.
Tras expresar su “total respaldo” al embajador de EU en México, Ken Salazar, el Departamento de Estado de ese país manifestó su preocupación por las reformas constitucionales promovidas en México, principalmente al sistema judicial, donde se plantea la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular.
El embajador Brian A. Nichols, subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EU, externó su apoyo a la postura de Ken Salazar sobre la reforma judicial, con la que advirtió riesgos a la democracia, la intromisión del crimen organizado y afectaciones al acuerdo comercial trilateral de América del Norte.
Mediante su cuenta de X, Nichols señaló: “Salazar y yo compartimos un profundo respeto por la soberanía de México. Estados Unidos y México deben trabajar juntos como socios e iguales para promover la seguridad y la prosperidad en América del Norte”.
El subsecretario reprodujo en sus redes sociales la nota diplomática enviada por la embajada de Estados Unidos a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) de México el 23 de agosto pasado, en respuesta a la inconformidad mexicana por las expresiones de Salazar acerca de la reforma judicial.
En la nota, EU reafirmó su “máximo respeto por la soberanía de México” y apoya el concepto de reforma judicial en este país, sin embargo, expresó su preocupación por la propuesta de elección popular de jueces, indicando que esta medida podría no abordar adecuadamente la corrupción ni fortalecer al Poder Judicial (PJ).
El gobierno de Joe Biden subrayó la importancia de identificar “los acontecimientos que limitarían innecesariamente nuestra capacidad para alcanzar estos objetivos juntos”, en referencia a la integración económica de América del Norte y los desafíos de seguridad compartidos.
Por su parte, el gobierno de Canadá subrayó que respeta la soberanía de México y rechazó cualquier intención de intervenir en la política interna de México; sin embargo, ratificó la preocupación de empresarios de ese país por las reformas constitucionales impulsadas por la administración del Presidente de México.
De acuerdo con declaraciones que un representante del Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá realizó a la agencia Reuters, su país “respeta plenamente la soberanía mexicana y no tiene intención de interferir en los asuntos internos
de México”.
Añadió que “Canadá valora profundamente su relación con México, un aliado clave, vecino y amigo”, y subrayó la reciente visita “exitosa” de la ministra de Exteriores canadiense, Melanie Joly, a la nación latinoamericana.
No obstante, el gobierno canadiense advirtió que “los inversores canadienses en México han expresado su preocupación por las reformas constitucionales propuestas, las cuales podrían afectar la confianza necesaria para promover el comercio y las inversiones en el país”.