Como muestra de condena, hartazgo y de que su exigencia sigue en pie, miles de personas marcharon en distintas partes del país en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, por las ausencias que los han alejado de sus seres queridos.
Familias recorrieron calles de diversas ciudades de estados como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Veracruz, Aguascalientes, Morelos, Puebla y Jalisco, donde a pesar de la distancia física entre sí, las unió en un mismo llamado a sus gobiernos: que les devuelvan a sus desaparecidos y que este delito ya pare.
En la capital morelense, Cuernavaca, los colectivos se concentraron para lanzar su llamado con ofrendas de flores y de cuerpos cubiertos con tierra, para simular las fosas clandestinas que desde hace años vienen encontrando.
Entre las denuncias de esta movilización, además de lo que consideraron una “nula” atención de sus autoridades, se encuentra la dilación de las mismas para atender lo que ya ven como una crisis forense,que impide la identificación de cientos de cadáveres que no han sido procesados.
En Puebla, aprovechando que se aproxima el cambio de gobierno estatal, las organizaciones y activistas pidieron “sensibilidad” con lo que viven cada día desde que alguien les fue arrebatado, pues insistieron en que lo único que buscan es justicia y descanso.
Hechos que han trascendido a lo nacional, como la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa hace ya casi una década o el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, fueron parte de as movilizaciones.
En el caso de Guerrero, los manifestantes sólo cargaron con sus denuncias, sino también con un exhorto a la población a que denuncie si es familiar de algún desaparecido, pues algunos colectivos expusieron que menos de una tercera parte de los afectados recurre a las autoridades.