El fabricante japonés de walkie-talkies, ICOM, se deslindó de las explosiones de esos equipos en Líbano al afirmar que no hay garantías de que sean suyos, pues los dejaron de producir en 2014, y según la información actual éstos habrían sido adquiridos este mismo año.
Tras informes de que los radios portátiles destruidos que pertenecían a la organización terrorista Hezbolá tenían las etiquetas de la ensambladora o “hecho en Japón”, el director de la firma, Yoshiki Enomoto, dijo en entrevista con Reuters que ya indagan si son suyos, pero reveló que podría tratarse de falsificaciones.
“Tendremos que investigar cómo alguien creó una bomba que se parece a nuestro producto”, precisó a la agencia estadounidense tras el segundo día de explosiones simultáneas en la región de Medio Oriente como principal línea de investigación, luego de emitir un comunicado en el que insistió que las baterías que estallaron ya no se hacen desde la década pasada.
No obstante, Enomoto detalló que también deben estar abiertos a otras posibilidades, pues no descartan que sean equipos auténticos, por lo que en este caso la labor será identificar en qué parte de la ruta de distribución fueron manipulados, pues según expertos de seguridad es posible que la inteligencia Israelí los saboteara igual que los bípedos para integrarles explosivos o hacer que estallaran al calentarse las baterías, hechos que ya dejaron 37 muertos y casi cuatro mil heridos, según información del gobierno libanés. Tema en el que el empresario insistió que desde la década pasada dejaron de hacer y de vender tanto esos equipos como sus respectivas baterías, mientras que Europa Press documentó que estos se fabricaron entre 2004 y 2014, fecha en que dejaron de enviarlos al extranjero como notificó en su momento al Ministerio de Economía, Comercio e Industria de la isla, que se encarga de vigilar tales exportaciones.
En tanto, uno de los distribuidores de dicho producto en Líbano relató que ese modelo (IC-V82) no fue importado por ellos al confirmar que hace tiempo fue descontinuado y aclaró que en sus tiendas o almacenes no se detectaron incidentes de este tipo como los que hicieron a supuestos miembros de la organización proiraní, principalmente en estómago y extremidades.
Cabe destacar que ésta es la segunda firma asiática que se ve implicada en los estallidos simultáneos que sorprendieron a la población en varias ciudades de Líbano, pues la empresa taiwanesa Gold Apollo fue ligada con las detonaciones de los localizadores por ser el fabricante de éstos, pero sólo negó cualquier relación al calificar dichos señalamientos como una “humillación”, acto que no sólo los apunta como responsables sino que los pondría en la mira de Hezbolá que prometió tomar represalias contra Israel, pues acusa que dicha nación es responsable de las explosiones y anticipó un severo castigo por las agresiones sin precedentes en las que “cruzaron líneas rojas” y que consideró una abierta “declaración de guerra”.
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FGR
