Ha sido nuevamente la diputada Patricia Armendáriz, quien, atropellando hasta la más mínima autocontención, ayer publicó en las redes un mensaje en el que además de deslizar una grave acusación a una víctima de asesinato, el padre Marcelo Pérez, también le recetó un no-me-olvides a la Iglesia católica. “Me atrevo a sospechar que el crimen organizado ha rozado a la Iglesia. El sacerdote asesinado en San Cristóbal, a decir de muchos, tenía bienes que no vienen de la limosna. Menos de una comunidad pobre”, escribió la empresaria morenista a la que de inmediato en las mismas redes le hicieron notar lo grave de sus señalamientos. Ésta respondió retándolos y con un nuevo posteo no menos polémico: “Lamento muchísimo que un twit que pretendía arrojar información a los hechos ocurridos en Chiapas haya generado la opinión de que estaba acusando a una víctima. Pido una disculpa sentida a la Iglesia y a sus familiares, porque no fue mi intención. Nadie merece ser manchado con sospechas”. No pasó por alto, nos comentan, la fijación que mostró con la idea de “arrojar luz”, aunque lo que arrojó fue algo distinto.
TE RECOMENDAMOS: