El mensaje de los grupos del crimen organizado en Guanajuato es el de generar terror y mostrar que tienen el control, estableció el director del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), Francisco Rivas, tras la detonación de dos autos bomba en los municipios de Acámbaro y Jerécuaro.
En entrevista con La Razón, explicó que Guanajuato fue abandonado durante los sexenios de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador por temas políticos, lo que permitió que los grupos criminales se fueran fortaleciendo de manera paulatina, situación que al momento ya no tiene control.
“No se está saliendo de control, ya se salió de control, pues lamentablemente Guanajuato fue un estado que se abandonó por el gobierno de Peña y López; eso facilitó el crecimiento de la delincuencia, mientras que los pocos resultados que se han generado al paso de los años, han sido principalmente por esfuerzos locales y no por autoridades federales”, explicó.
Señaló que es muy preocupante que hasta el momento no haya una coordinación efectiva con la Federación, porque finalmente son delitos asociados a la delincuencia organizada; además, precisó que la potencia que tienen los criminales es muy superior a la que pueden combatir los policías municipales, quienes la piensan dos veces antes de actuar.
Indicó que, pese a los autos-bomba estallados la mañana de este jueves en Guanajuato, aún no se puede considerar como un acto de terrorismo.
“Es fácil querer llamarlo terrorismo porque lo que hace es producir terror, pero para hablar de terrorismo se requiere hablar de temas más específicos y que vayan relacionados a la política o a la religión; sin embargo, son hechos directamente asociados a grupos criminales con el control o el poder”, agregó.
Francisco Rivas sostuvo que es muy diferente el actuar de los grupos criminales en México, a comparación con los grupos islámicos u otros grupos como ETA, que van asociados directamente a religión o política. Por ello, aclaró que en nuestro país este tipo de acciones son para mandar un mensaje de control y poderío, más allá de una descomposición social.
“Desde el sexenio de Peña hubo una fractura entre gobiernos, por ello, en la búsqueda del PRI por hacerse de Guanajuato, se retiró la presencia de la autoridad y sólo se dejaron algunos agentes, lo que favoreció el crecimiento de los grupos delincuenciales”, dijo.
Sin embargo, México sí registra terrorismo y, de hecho, es el único país que registró este tipo de actividad durante el año pasado y ha sido el territorio con el peor puntaje entre los integrantes de la región de Centroamérica y el Caribe desde el 2007, de acuerdo con el documneto Índice Global del Terrorismo 2024.
En los últimos cinco años, 11 de los 12 países de la zona incluidos en el indicador registraron una puntuación de cero, lo cual significa que sólo en México ocurrieron incidentes terroristas en el quinquenio. Aunque el reporte no incluye las acciones del crimen organizado, hace énfasis en las consecuencias de la actividad delictiva que inflige el crimen organizado.
A pesar de que “el terrorismo en México ha disminuido, la actividad de los cárteles continúa dominando el panorama criminal”, subraya.
En el Índice Global, México se ubica entre los 67 países con un mayor nivel de terrorismo en el mundo, con un puntaje de 1.04 en una escala de 0 a 10, por encima de países como Tajikistán, Chipre, Malasia y otros países con conflictos recurrentes. Entre el 2022 y el 2023, apenas se redujo siete milésimas dicho puntaje, aunque, en el ranking de los países, México escaló una posición entre un año y otro, pues en el 2022 se ubicó en la posición 68.