Muchos tienen presente el verbo “robalear” para referirse a algo así como evadir o no dejarse capturar y éste viene a cuento, porque resulta que ayer en el INE utilizar el concepto de presupuesto “precautorio” les permitió salir del apuro de definir de qué tamaño debe ser la bolsa de recursos públicos para sacar adelante la organización de la elección de jueces, ministros y magistrados del año entrante. Y es que de esa manera, consiguieron no quedarle mal a Hacienda que les dio hasta hoy para definir la cifra —que al final quedó en 13 mil millones de pesos—, con los jueces que ya les pusieron su primera multa por desacatar la suspensión que ordenaba frenar trabajos preparatorios para dichos comicios, y hasta para quedar sostenidos del clavo ardiente que implica esperar el resolutivo que tome la Corte sobre la reforma judicial. Y es que lo de “precautorio”, nos cuentan, en este caso permite explicar que ya se aprobó pedir el presupuesto, pero que al final podría no pedirse, y que se pidió de esa dimensión, aunque podría ser mayor o menor. Y así ya nadie está en falta en medio de la denominada crisis constitucional. Échense ese trompo a la uña.