Y vale la pena atender los señalamientos que en estos días ha venido planteando Tania Ramírez, quien por cuestiones que hasta ahora se desconocen no fue incluida en la terna final de la que se elegirá a la próxima presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. La activista, se sabe ahora, era la segunda mejor evaluada por los integrantes de la comisión de Derechos Humanos del Senado, pero ya no apareció y sí en cambio se incorporó el nombre de Rosario Piedra Ibarra, que quedó en el lugar 15. Entre quienes han seguido de cerca este proceso, la decisión de eliminar un perfil que cumple ampliamente con los requisitos de idoneidad, ha sentado un mal precedente. Y es que desde las filas de la 4T se están transgrediendo las reglas fijadas para el proceso y la eventual reelección de Piedra sólo dejaría en claro que toda la selección fue una farsa. Una que sí puede tener costo.
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