Centenares de familias se dieron cita en el centro de la capital para presenciar el desfile cívico-militar que conmemoró el 114 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana.
Bajo un cielo nublado, los asistentes que llegaron desde temprana hora provenientes de distintas zonas de la Ciudad de México se hicieron acompañar por infancias que no asistieron a la escuela para atestiguar la parada militar.
Los asistentes no perdieron la oportunidad de retratarse con los caballos de la raza percheron, quienes fueron unos de los protagonistas de la conmemoración; pues desfilaron más de 600 equinos.
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Minutos antes de las 10:00 de la mañana, momento en que iniciaría la parada militar, un grupo de mujeres vestidas de “Adelitas” terminaban de arreglarse y pintarse los ojos para marchar ante el pueblo de México, entre las calles de Mesones y Pino Suárez.
Una vez iniciado el evento, y tras unas tablas rítmicas en el Zócalo ante la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, los contingentes alegóricos y las Fuerzas Armadas se enfilaron por el circuito de la plaza de la Constitución para dirigirse a la calle 5 de Mayo.
Las multitudes abarrotadas contra las vallas metálicas, aplaudieron y vitorearon el avance del contingente. Aquellos que desfilaron ante el pueblo de México, demostraron su energía al ir con una sonrisa y siempre arengando vivas en favor de la república y recordando la gesta de Revolución.
Con menores en hombros, papás y mamás aplaudían a los militares, quienes, con la investidura típica del periodo revolucionario, representaban los cuadros históricos de un periodo trascendental en la vida histórica del país.
Entre los carros alegóricos hubo uno que destacó no solo por su singularidad, sino también por su originalidad: una locomotora; donde viajaban diferentes representaciones como Venustiano Carranza. En el paso por Paseo de la Reforma, uno de los militares ataviado con típicas carrilleras, abrazó a una mujer que gritaba eufórica: “¡Viva México!”.