Mientras Estados Unidos pausó las exportaciones de ganado mexicano ante el ingreso a nuestro país del gusano barrenador, el sector pecuario nacional demandó al Gobierno federal el “cierre inmediato” de la frontera sur a las importaciones de ganado, con el fin de combatir y evitar el contrabando proveniente de Centroamérica que, además, exacerbe la amenaza de entrada de más animales vivos contaminados.
Uno de los llamados provino de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), la cual advirtió que el pasado 7 de noviembre pidió públicamente a la administración federal, a través de su convención semianual, la medida preventiva.
Este domingo, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), a través del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), informó que detectó un animal que resultó positivo, en un cargamento originado fuera del territorio nacional y que entró por la localidad de Catazajá, en el sur de Chiapas, por lo que Estados Unidos puso pausa temporal a la internación de ganado mexicano a su territorio. Sin embargo, no estableció en qué fecha detectó el problema.
“De no llegar a cuota paritaria espacios serían para hombres”
El peligro del contacto del gusano barrenador es que su larva, considerada peligrosa, se alimenta de carne viva de animales de sangre caliente como ganado y mascotas, que tiene el potencial de provocar infecciones y, en consecuencia, pérdidas económicas en la ganadería.
Detener la importación y cerrarle la frontera sur no debe ser una tarea difícil para el Gobierno mexicano. Saben y sabemos quién está ingresando ese ganado. El Gobierno tiene 100% de conocimiento de quién lo adquiere, por lo cual exhortamos a tomar decisionesUnión Ganadera Regional de Chihuahua, Comunicado
La CNOG señaló que acordó con las autoridades mexicanas sostener una serie de reuniones emergentes en los próximos días, en las cuales los ganaderos demandarán a la autoridad “una actuación puntual para disuadir el contrabando de ganado, pero también el ajuste de procedimientos del sistema de trazabilidad y la probabilidad de utilizar temporalmente un dispositivo no trazable, y en corto plazo el diseño de un nuevo protocolo de importación de ganado factible económicamente y con los suficientes controles sanitarios para no poner en riesgo nuestro estatus sanitario y terminar con la constante amenaza del trasiego ilegal desde hace 30 años”.
La Unión Ganadera de Coahuila advirtió que esta situación le impacta, pues ahora sus estaciones cuarentenarias en Piedras Negras y Acuña dejarán de prestar servicios de exportación temporalmente a Estados Unidos, y solicitarán a los propietarios de lotes de ganado no movilizar más hacia la frontera.
Catalogaron la situación como una “crisis sanitaria” y adelantaron que, junto a otras uniones ganaderas, se negocian protocolos con las autoridades estadounidenses para levantar la restricción.
De esta forma, también exigieron al Gobierno cerrar inmediatamente la frontera con Centroamérica y que en un plazo no mayor a 48 horas se aplique un protocolo para levantar la restricción de exportación de ganado.
Asimismo, instaron a diseñar un plan factible para la creación en México de la infraestructura necesaria para el cultivo y liberación de moscas esterilizadas suficientes para combatir la larva del gusano barrenador.
A esto se sumaron otras asociaciones de diversos estados como Tamaulipas, que demandaron un nuevo protocolo de exportación para evitar la afectación económica al sector, sobre todo en su estado, donde el comercio de ganado es una de las actividades principales.
Antes, la Unión Ganadera Regional de Chihuahua lanzó un llamado “enérgico” al Gobierno y organismos relacionados a que actúen por el bien y el patrimonio de millones de ganaderos, y así cerrar la frontera sur.
“Detener la importación y cerrarle la frontera sur no debe ser una tarea difícil para el Gobierno mexicano. Saben y sabemos quién está ingresando ese ganado. El Gobierno tiene 100 por ciento de conocimiento de quién lo adquiere, por lo cual exhortamos a tomar decisiones”, dijeron.
Acusaron en su demanda que se permitió a empresas el ingreso ilegal de miles de cabezas de ganado, por lo que pidieron a la Federación y a la CNOG establecer protocolos “realistas, adecuados y con garantía de sanidad” para garantizar la legalidad en las exportaciones.
“¿Cómo puede ser que por no parar una importación ilegal de más de 700 mil cabezas del sur del país estemos poniendo en riesgo el hato de México? Justificándose y permitiendo este trasiego a empresas engordadoras de México”, señalaron.
En una acusación directa contra empresas como Grupo Gusi, Denes, SuKarne y Carnes el Lucero, las señalaron de comprar barato y no competir con el ganado del norte o estados exportadores.
Apenas el 29 de octubre, Senasica anunció un operativo específico para establecer filtros y disminuir los riesgos del ingreso de esta plaga al país, luego de que se confirmara el primer caso de un animal infectado en Guatemala.
Como parte de las acciones, se implementó una primera fase para aplicar antiparasitarios gratuitos a los animales; además, se instaló una infraestructura especializada en los Puntos de Verificación e Inspección Federal (PVIF) de Catazajá, La Trinitaria y Huixtla, Chiapas, donde personal especializado fue acompañado por perros para detectar heridas “gusaneras” e inspeccionar a los animales que allí desembarcan.
El protocolo también incluyó un baño larvicida por aspersión; después, se les inyecta un medicamento desparasitante, para continuar su viaje, pero a pesar de tales filtros un animal infectado ingresó al país.
Desde aquella fecha, La Razón intentó ponerse en contacto con Sader y Senasica para ahondar en la problemática; sin embargo, no hubo respuesta.