Aunque se logró contener el problema en su momento, durante el último sexenio las alertas por brotes de enfermedades en animales en México crecieron 100 por ciento en comparación con el periodo similar previo.
De acuerdo con el World Animal Health Information System (WAHIS), de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que inició registros en 2005 con información de los servicios veterinarios de los países miembros, en México se han documentado 47 alertas sanitarias, de las que 27 se dieron entre el 2005 y el 2018.
De éstas, 17 ocurrieron entre el inicio del registro y hasta el 2012; 10 en el sexenio siguiente, mientras que 20 ocurrieron del 2019 hasta noviembre de este 2024. Del total, 42 permanecen en estatus resuelto; tres, en estable, y dos están en curso.
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Aunque ahora hay un alertamiento previo por la detección de gusano barrenador del ganado en un animal que ingresó por la frontera sur de México, la última alerta se reportó en febrero del 2024, y hasta el 29 de agosto se resolvió. Se trató de un reporte de tifosis aviar, ante la cual se identificaron siete mil 825 animales susceptibles, y se procedió al sacrificio de seis mil 196.
De tres que han ocurrido este año, dos alertas aún reportan un estatus “en curso” y se trata de un caso de influenza de tipo A de alta patogenicidad, cuyo reporte se marcó el 26 de julio, y para el 16 del mes siguiente se confirmó el caso.
Por este episodio se identificaron 80 aves susceptibles al contagio, de las que 14 murieron y 66 fueron “eliminadas”. Para la atención de este hecho, se reportó, entre las medidas adoptadas, la vigilancia de animales dentro y fuera de la zona en restricción, desinfección, sacrificio sanitario y eliminación de canales, subproductos y desechos de origen animal, así como cuarentena.
En sus reportes, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) dio a conocer, a inicio de mes, que se habían notificado 270 animales con signos de rabia, de los que 152 resultaron positivos: 131 bovinos, cinco équidos, cuatro ovinos, nueve murciélagos hematófagos y tres murciélagos insectívoros.
En opinión de Alfredo Cuéllar, médico veterinario especializado en sanidad animal y exdirector de la FES Cuautitlán, de la UNAM, el Gobierno ha aplicado protocolos adecuados ante la propagación de enfermedades producto de nuevas dinámicas comerciales internacionales que facilitan la dispersión.
Sobre los recientes casos de rabia en ganado, explicó que se trata de una “enfermedad presente” frente a la cual se deben emprender acciones preventivas, como la vacunación de los animales en riesgo.
“A veces los ganaderos, por la razón que sea, económica, de no darle la prioridad al plan de vacunar, es cuando empiezan a aparecer algunos brotes, pero la recomendación es la vacunación, por eso no hay que bajar la guardia”, dijo, en entrevista con La Razón.
Sin embargo, persisten lo que llamó “áreas de oportunidad”, como la falta de asistencia directa de especialistas a los productores ganaderos en el diagnóstico con prontitud de enfermedades, para evitar su propagación, como en este caso podría representar el gusano barrenador del ganado.
Consideró que este incremento de alertas que registra la OMSA obedece más a que ahora se cuenta con mejores herramientas para diagnosticar.
