Ante el amago del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles de 25 por ciento a México por su “ridícula frontera abierta”, el embajador Ken Salazar aseguró ayer que ni la migración ni el tráfico de fentanilo se resolverán sin la cooperación bilateral.
Declaró que el consumo de fentanilo en EU es parte del problema de la inseguridad en México, al igual que lo es el tráfico ilícito de armas desde su país a suelo mexicano; “también se tiene que reconocer que los precursores, incluso el fentanilo que llega, llega a México, Estados Unidos y Canadá. Entonces, decir que es problema de un solo país es no ver la realidad, es un problema de todos los países”.
A pregunta expresa sobre el anuncio de Trump de aplicar aranceles a productos mexicanos, opinó que “lo que haga el presidente que llegue a las 12 del día del 20 de enero, eso él lo va a tener que conciliar con sus poderes, con sus autoridades. Nosotros tenemos una visión diferente, todos estos temas los tenemos que trabajar como socios”.
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En conferencia de prensa, el diplomático estadounidense dijo que las muertes por sobredosis de fentanilo en su país han disminuido durante la administración de Joe Biden; afirmó que la cooperación con México ha sido crucial en este sentido.
“Han bajado las cifras, las muertes de personas muriendo por el fentanilo en un porcentaje grande, eso pasó este año, y por qué pasó eso, pues porque tenemos un programa con México y con otros países donde estamos educando a las personas de los peligros”, mencionó.
Sin embargo, admitió que mientras no se resuelvan los problemas de seguridad en nuestro país, en particular en la frontera con Guatemala, no podrán resolverse los retos del fenómeno migratorio.
“La solución de la migración está en el sur. La solución se tiene que hallar en el desarrollo del sureste de México”, señaló, al recordar la coincidencia que tuvo con Andrés Manuel López Obrador de que “el sureste es el rincón olvidado de México”.
El embajador de EU en México resaltó que la frontera sur mexicana es una “frontera rota” por la inseguridad y
pidió al Gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum que se invierta en la materia.
Reiteró que hay 22 millones de dólares de EU para echar adelante el programa para enfrentar la criminalidad, lo cual fue rechazado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Tras la polémica pasada donde criticó la estrategia “abrazos, no balazos” de López Obrador, y por la que la Presidenta Sheinbaum dijo que tiene “disparidades” en sus declaraciones, el embajador respondió: “Yo no cambio de posición”.
Subrayó que la inseguridad hace “tambalear” a las democracias y dijo que esto es una de las causas de la migración y la realidad de países como Venezuela, Haití, Nicaragua y México.
Sobre Venezuela, dijo que las personas han salido por la falta de democracia y una economía; de Cuba refirió que también ahí no está funcionando la democracia; en cuanto a Nicaragua hay una dictadura, y de Haití existe un gobierno que no ha funcionado y las bandas controlan todo.