En México, los cárteles de droga han comenzado a reclutar a universitarios con un objetivo: lograr que el fentanilo sea aún más potente, de acuerdo con una investigación de The New York Times.
Además, organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa también buscan a estudiantes de química de universidades mexicanas para sintetizar precursores químicos para su dependencia de los importados desde China.
Así reclutan cárteles a estudiantes en universidades de México
New York Times documento el proceso de reclutamiento los campus universitarios, donde los cárteles tienen sus ojos puestos en jóvenes con conocimientos avanzados en química.
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En muchos casos, los reclutadores se infiltran en las universidades, a veces disfrazados, y buscan a los estudiantes que no solo dominan la teoría, sino que están dispuestos a trabajar en entornos peligrosos por un salario que duplica el de un químico promedio en México.
Uno de los jóvenes estudiantes entrevistado por New York Times relató que había elegido estudiar química porque su padre tenía cáncer y él quería ayudar a encontrar una cura. Sin embargo, debido a su condición de pobreza y al alto costo del tratamiento, el universitario aceptó trabajar para el narcotráfico.
“Cinco días después fue recogido por miembros del cártel, le vendaron los ojos y lo condujeron a un laboratorio clandestino oculto en las montañas". detalló NYT.
Así es el trabajo en los laboratorios clandestinos
Estos laboratorios clandestinos, ocultos en zonas montañosas, son lugares de alto riesgo, tanto por la toxicidad de los químicos empleados como por las posibles explosiones que pueden ocurrir debido a los errores humanos en la manipulación de los compuestos.
La tarea más ambiciosa del cártel es sintetizar los precursores químicos del fentanilo.. Los estudiantes no solo ayudan a reforzar la calidad del fentanilo, sino que también participan en experimentos para hacer la droga más potente y en la creación de los precursores que podrían poner a los cárteles al mando total de la producción.
Un estudiante contó que fue asignado a un laboratorio de “investigación y desarrollo", donde trabajan para averiguar cómo fabricar precursores desde cero.
“Pues te dicen: ‘Mira estos son los productos. Lo vas a hacer con esto. Puede salir mal, pero para eso estás estudiando’”, dijo (...) “Aquí también si no les gusta cómo lo haces, te pueden llegar hasta a desaparecer”, añadió.
Pese a los riesgos, la promesa de un salario más alto y una vida mejor, sumada a las dificultades económicas de muchos jóvenes, hace que acepten el riesgo de trabajar para los cárteles de droga.
cehr