En Oaxaca
En el Astillero número 1 de la Secretaría de Marina (Semar), ubicado en Salina Cruz, Oaxaca, tiene la encomienda de construir seis embarcaciones para este sexenio, pues en la presente administración se busca fortalecer la construcción de buques navales.
Dicho astillero fue fundado en el Istmo de Tehuantepec por su ubicación estratégica para fortalecer la comunicación comercial entre el Pacífico y el golfo de México. Lleva el nombre de un reconocido ingeniero naval funcionario del sexenio de Luis Echeverría: Almirante José Luis Cubría Palma.
En la actualidad, el complejo cuenta con una superficie total de casi 170 hectáreas para poder reparar en seco a diversas embarcaciones y dar mantenimiento profundo, el cual consta desde pintar el casco, hasta sustituir partes.
También, para la construcción de buques, el astillero tiene ocho grandes camas de ensamble que soportan hasta 50 toneladas. Un buque pequeño se calcula, en peso, en dos y media toneladas, y hay capacidad para construir grandes buques a la medida y con las necesidades de la carga naval.
Para este sexenio, la principal encomienda es construir barcos de diferente calado para la Marina, con los cuales se desempeñen diversas tareas, como la vigilancia estratégica, el dragado de sargazo y de los puertos.
El contraalmirante ingeniero naval Juan Jesús Galeano Alvarado, director del complejo, explicó a La Razón que se tiene contemplado construir, entre 2024 y 2030, seis embarcaciones, cuatro patrullas oceánicas, un buque logístico y una draga propulsada.
En el sitio laboran 721 elementos, entre civiles y elementos navales, que son mano de obra calificada y experimentada. El astillero, por su ubicación, genera dos mil empleos directos e indirectos.
El director de servicios de producción, el capitán de corbeta Julio Humberto Vega, en torno a darle vida a los buques, comentó: “Hacer un barco es un proceso en el que transformamos placas de acero en un producto. Vamos armando un rompecabezas, hasta tener un barco”.
La mujer también participa activamente en las labores de mantenimiento y construcción de barcos como soldadoras, electricistas y torneras, por mencionar algunas áreas.
Las 70 mujeres que diariamente trabajan en este centro de la Secretaría de Marina representan 10 por ciento de la planta laboral; sin embargo, para Galeano Alvarado, representa una “importante fuerza de trabajo”.
Asimismo, hay 82 elementos navales multilingües, los cuales hablan idiomas como el zapoteco. Entre sus tareas también está el participar en servicios para las comunidades indígenas cercanas.
Anastasia Santiago Matos, integrante de la Marina, es una de las mujeres que labora como electricista en el Astillero, pero también habla zapoteco. Explicó a La Razón que para ella es importante seguir con sus raíces y expresarse dentro y fuera de la Marina en su lengua materna.
“Para mí, lo principal y lo importante es seguir con mi generación y hablando zapoteco. Seguir expresándome en zapoteco aquí (en la Marina) o afuera, porque algunas lenguas se van perdiendo cada día”, comentó.
Este mes de noviembre se le está dando mantenimiento al buque “Centenario de la Revolución”, el cual tiene como tarea operaciones de mantenimiento del Estado de derecho y operaciones de salvaguarda de la vida en la mar.
En el sincroelevador, un espacio que permite sacar busques del agua para su mantenimiento, la cabo Carolina Méndez explicó a este diario las tareas de cuidado del Centenario de la Revolución, el cual ocurre cada tres años.
“Estamos en diversas actividades para su mantenimiento, como dar nueva pintura al casco, quitar óxido y también dando mantenimiento a los instrumentos que tenemos en el interior”, dijo.
Sobre el papel de las mujeres que desempeñan en el astillero, señaló: “Es una gran oportunidad para nosotras como mujeres. Es un crecimiento profesional y nos lleva a vivir diferentes experiencias, desde conocer lugares, apoyar a las personas y construir un barco”.