Un grupo de alrededor de mil 500 migrantes salió caminando el domingo por la noche del sur de México, ésta es la tercera caravana que se forma desde la victoria electoral de Donald Trump, hace menos de un mes.
En los últimos años, ninguna caravana ha llegado al norte del país porque son dispersadas por las autoridades mexicanas. Los extranjeros, originarios de Venezuela, Cuba, Haití, Colombia, Guatemala y Honduras, entre otros países, mostraron su intención de avanzar hacia el norte antes de que el republicano asuma el poder en enero.
Muchos dijeron haberse unido a la caravana por miedo a que las cosas se compliquen el próximo año, luego de que Trump prometió cerrar la frontera con México y hacer deportaciones masivas, al tiempo que podría poner fin a la principal vía de entrada legal a Estados Unidos, la plataforma virtual CBP One, que da citas para pedir asilo en ese país.
Además, tampoco descartaron quedarse en México si consiguen empleo. La caravana tenía previsto salir el lunes de Tapachula, Chiapas, pero adelantó su partida ante los rumores de que sus integrantes serían detenidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN).
Durante el fin de semana, el Gobierno mexicano disolvió los dos últimos grupos que habían salido del sur del país, uno de ellos el día de la elección presidencial estadounidense y las otras dos semanas después.
Las autoridades ofrecieron autobuses a los extranjeros para trasladarlos a otras ciudades donde pueden intentar regularizar su situación. Pero muchos migrantes denunciaron que fueron dejados a su suerte en lugares de alta actividad del crimen organizado.
La llegada de migrantes a Estados Unidos es una de las principales preocupaciones de Trump, que amenazó la semana pasada a México con poner aranceles generalizados a las exportaciones mexicanas si no detiene el flujo de migrantes.
Sin embargo, en el último año, según cifras oficiales estadounidenses, las llegadas a su frontera han caído notablemente. No obstante, las caravanas siguen formándose.