El gabinete del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, prevé ampliar la lista de las naciones a las que enviará a migrantes ilegales para concretar su plan de deportación masiva, pero éstas ya rechazaron el ajuste a la estrategia que arranca en enero próximo.
El medio NBC News reportó, citando fuentes del equipo de transición, que con tal de implementar su promesa en la materia, ahora mira más allá y apuesta a que Panamá, Bahamas, Granada y las islas Turcas y Caicos reciban a los devueltos, pese a que no son de ahí, pues dichas nacionalidades ni siquiera son de las que más detenidos se reportan históricamente por el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), pese a que el magnate insiste en que cada vez irrumpen más personas de todo el mundo.
De inmediato, dos de estas naciones se pronunciaron en contra de respaldar la apuesta antiinmigrante difundida por la cadena estadounidense.
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Ante esta versión, la Cancillería de Panamá aseveró que “no tenemos obligación de recibir a deportados de otras nacionalidades”, según un breve comunicado en el que destaca su interés por mantener una relación de respeto con EU y proteger sus intereses.
Mientras que el gobierno de Bahamas admitió que recibió una “propuesta del equipo de transición de Trump para que aceptara vuelos con migrantes de otros países deportados”, pero que, tras evaluarlo, el primer ministro, Philip Davis, “la rechazó firmemente”.
El Estado caribeño no ha especificado cuál fue la respuesta del equipo del republicano, pero sí refirió que, tras rechazar la propuesta, “no ha habido más contactos ni conversaciones con el equipo de transición”.
Y es que éste sigue decidido a expulsar hasta a un millón de ilegales por año, lo que corroboró la futura vocera presidencial, Karoline Leaviit, al afirmar “él cumplirá” al ser cuestionada por CNN en torno a los rechazos que tiene su política migratoria.