Especialistas consideran que, sin atentar contra el derecho de libre desarrollo de la personalidad de los alumnos, se debe cumplir con los reglamentos internos de las escuelas, ya que esto forma parte de su desarrollo.
El pasado 24 de noviembre, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hizo un llamado a la Secretaría de Educación Pública (SEP) de Zacatecas, debido a que en una secundaria se le negó una carta de buena conducta a una alumna por llevar el cabello pintado de azul.
“El análisis del caso permitió a la CNDH acreditar violaciones a los derechos humanos, a la dignidad humana, al libre desarrollo de la personalidad; al interés superior de la niñez y la adolescencia, así como al derecho de niñas, niños y adolescentes a ser escuchados o a participar”, indicó, en un comunicado.
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Los reglamentos de las escuelas, sin embargo, están ligados a la normatividad interna de cada institución, así como a lo que dicta la autoridad educativa de cada entidad, que establece normas para la organización general, especialmente en las escuelas públicas.
Al respecto, la directora académica de Grupo Educación, Lucía Teresa García Córdova, señaló que las propias escuelas son las encargadas de crear sus reglamentos, ya que para éstos influyen muchos factores, como es el contexto en el que se encuentra la escuela.
“No se podría hacer (un reglamento general), porque cada escuela tiene sus particularidades, pero tienes zonas rurales, urbanas, tienes primaria y tiene que ver mucho con el contexto en el que está la escuela. Entonces, el reglamento interno, que tiene que ver con el funcionamiento de la escuela, corresponde a la escuela”, explicó a La Razón.
Mencionó que el reglamento escolar es importante porque establece las normas de la escuela y ayuda a crear un ambiente de aprendizaje seguro y ordenado, y también ayuda a los estudiantes a convivir con los demás.
Respecto al derecho del libre desarrollo de la personalidad, mencionó que si bien los estudiantes deben tener derecho a expresarse libremente, también deben aprender a respetar las reglas de las instituciones de las que forman parte.
Al respecto, la académica de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, de la carrera de Pedagogía, María Esther Jiménez, sostuvo que, si bien los estudiantes tienen derecho a expresarse, este derecho no es absoluto y debe equilibrarse con la necesidad de un entorno de aprendizaje seguro y respetuoso.
“Entonces, ¿cuál es la misión que podríamos decir de la escuela? Que existe el equilibrio entre los dos, entre el derecho libre y la responsabilidad individual; esto sería crucial para un ambiente escolar saludable y por eso cada escuela tiene sus normas claras y justas que definan esos límites, respetando, claro, sus derechos. Con eso, bueno, enfatizar qué es este derecho, este concepto de derecho libre”, señaló la especialista.
Enfatizó la importancia de contar con regulaciones escolares claras y justas que reflejen la evolución de las normas sociales y aborden cuestiones, como el uso de la tecnología y los códigos de vestimenta.
Respecto a la modificación de los reglamentos escolares, la académica señaló que sí son necesarios, ya que está relacionado con la evolución social: “Los reglamentos deben adaptarse a estos cambios para reflejar las nuevas realidades, valores y desafíos que se están presentando en ese momento”.