Los académicos de la Universidad Iberoamericana (Ibero), Arcelia Martínez Bordón y Manuel López Pereyra, señalaron que durante el ciclo escolar 2023-2024, 430 mil jóvenes abandonaron la preparatoria.
En su participación en el foro “La educación media superior en México siglo XXI”, organizado por la Subsecretaría de Educación Media Superior de la SEP, académicos reflexionaron sobre los retos fundamentales de este nivel educativo y sobre las necesidades, intereses y expectativas de las y los jóvenes que cursan bachillerato.
La también doctora Martínez Bordón indicó que, aunque en materia de cobertura y acceso a la educación hay avances importantes, persisten retos como la desafiliación escolar, que se explica por problemas económicos, emocionales y de rezagos en el aprendizaje de las y los estudiantes.
Explicó que para los ciclos 2019-2020 y 2020-2021 hubo un crecimiento en la tasa de abandono escolar por la circunstancia extraordinaria que representó la pandemia del COVID-19, recuperándose un poco después.
Señaló que el problema persiste: “Para el ciclo 2023-2024, la tasa de abandono era del 8.1%, alrededor de 430 mil estudiantes, es decir, 117 estudiantes por día. Esto nos habla del tamaño del reto”.
Mencionó que la matrícula se distribuye de forma muy segmentada, con una alta proporción de estudiantes que se concentran en pocos planteles. Acotó que los bachilleratos generales representan más del 60 por ciento en el país; seguidos de los bachilleratos tecnológicos, con 37 por ciento, y el resto, corresponde al profesional técnico.
Recordó que la Ibero en 2021 levantó información y pruebas de aprendizaje considerando el grupo etario de estudiantes que cursaban su educación media superior, que dio cuenta de una pérdida de puntajes en sus evaluaciones, comparadas con las de sus pares que cursaron el bachillerato en 2018, con 72 puntos menos en lenguaje y comunicación, y 51 puntos menos en matemáticas.
“La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) logró hacer algunas evaluaciones de la educación básica. Pero con respecto a la media superior estamos a ciegas”, declaró.
Afirmó que “necesitamos información para tomar mejores decisiones. La oferta educativa es desigual; hay desencuentros importantes entre lo que buscan las y los estudiantes y lo que ofrece la escuela”.
También, señaló que, si bien es cierto que las juventudes desertan del tipo media superior por temas económicos, por lo que las becas sí abonan a reducir el problema, hay otros factores que impactan en este problema.
Por su parte, Manuel López Pereyra conversó sobre lo que pasa en las aulas de educación media superior como posibilidades de transformación desde los sentipensares, para tener aprendizajes significativos que logren visualizar futuros de ciudadanía en las y los adolescentes que están en una etapa de transición, de cambios biológicos, cognitivos y emocionales.
“Tal vez como profesores tenemos miedo de hablar de sexualidad, embarazos, de violencia de pareja, que es muy alto en media superior, de problemas económicos. O que nuestros estudiantes se duermen en clase porque están trabajando todo el día y llegan a estudiar, y un sinfín de características que van ahondando el trabajo del aula”, apuntó.
Remarcó la necesidad de pensar lo que sucede en el aula y lo que se quiere que adquieran las y los estudiantes a partir de sus experiencias, pues la media superior no sólo debe verse como un lugar de aprendizaje, sino como un espacio esencial que les permita a las y los jóvenes crear herramientas de vida, pues “sabemos que ser adultos no es fácil”.
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LMCT