Detenciones, extorsiones, secuestros, falta de oportunidades y discriminación son las quejas más denunciadas por la comunidad migrante en su paso por México, en su anhelo de buscar una vida mejor en los Estados Unidos.
Lizbeth Guerrero, originaria de Venezuela, llegó a México hace dos años, pero se ha topado con discriminación y falta de empleo en México debido a su condición de migrante.
“Lo más difícil en México ha sido el tema de conseguir empleo, pues yo quise quedarme, porque vi acá un país para comenzar de nuevo; sin embargo, se ha dificultado. Ahora mis hijos son los que están sufriendo por el empleo, porque ya tienen su visa humanitaria, pero no les dan trabajo”, explicó.
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El sueño de Lizbeth es que en México la vean como una ciudadana más, que se esfuerza y también quiere salir adelante, sin importar su nacionalidad o color de piel, pues ella siente que ya es parte de este país.
En el marco del Día del Migrante, la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos señaló que es una buena oportunidad para poner de relieve el entorno cada vez más complejo en el que se produce la migración, ya que los conflictos, las catástrofes climáticas y las presiones económicas siguen empujando a millones de personas a abandonar sus hogares en busca de seguridad o, simplemente, de oportunidades.
Desde el 2019, cuando comenzaron en México las caravanas migrantes, han sido detenidas dos millones 720 mil 412 personas; y el 2024 ha sido el año pico de la migración irregular.
Uno de los efectos que resienten las personas en movilidad es la inseguridad. Tan sólo en este año, se tiene registro de 14 secuestros con 84 víctimas, de acuerdo con datos de la organización civil Alto al Secuestro.
“Yo sufrí extorsión desde que pisé México, pues los agentes migratorios pidieron dinero durante todo mi trayecto hasta el centro”, narró Yohana Hernández, también proveniente de Venezuela, quien se encuentra en un albergue de la Ciudad de México.
La migrante explicó a este diario que su paso por la selva del Darién fue una de las experiencias más “feas que me han pasado”, pues no solo le impactó ver gente muerta en su trayecto, sino que, al llegar a México, se topó con extorsiones constantes. Te venden todo en Chiapas: desde un permiso para que no te detengan, hasta pasarte por 10 mil dólares a Estados Unidos, pero con el riesgo de que sea un engaño”, contó Yohana.
Su sueño es llegar al país vecino del norte, aunque está consciente de que es probable que no lo logre por el posible cierre de fronteras que se vislumbra ocurra en los primeros días del siguiente año.
Los niños y niñas también sufren las consecuencias de migrar de manera irregular. Datos de la Secretaría de Gobernación (Segob) indican que, del 2019 al 2024, suman 386 mil 284 detenidos, y son Honduras, Guatemala y Venezuela los principales países de donde provienen los infantes.
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia (Redim), los peligros a los que están expuestos son amenazas a su seguridad, su integridad física, su libertad y sus derechos humanos.
El activista Luis García Villagrán dijo que en el Día del Migrante “no hay nada que celebrar, ya que en México se les roba, extorsiona y desaparece, sin que las autoridades hagan algo”.
Contó que en Chiapas son comunes las violaciones a los derechos humanos, ya que, en vez de ayudarlos a cruzar o darles refugio, los criminalizan y los deportan a sus países, donde hay violencia e inestabilidad política. Mencionó que México debe darles la oportunidad de empezar de cero y no criminalizar su éxodo, ya que muchas personas huyen para salvar la vida.
Isabel Turcios, directora de la Casa del Migrante en Piedras Negras, mencionó que al migrante se le debe apoyar, pues si decidieron migrar fue por la pobreza en la que se encuentran y no porque ellos así quieran.
“Ellos salen de sus países porque viven una fuerte pobreza y nadie los apoya, pero llegan a México y se encuentran lo mismo que sufren en sus naciones. Las autoridades deben apoyarlos y tenderles la mano, porque hay familias enteras que sufren”, agregó.