Resulta que el comisionado nacional de migración, Francisco Garduño, se mantendrá en el cargo hasta enero, ello a pesar de que ya se había despedido el pasado fin de semana, tras disparar un misil al sacerdote Alejandro Solalinde, a quien se refirió como el “pollero de Dios”, por el presunto lucro que hay detrás de su activismo en favor de los migrantes. Nos cuentan que su relevo se dará hasta después de que se realice una audiencia por el caso de la muerte de 40 migrantes en Ciudad Juárez en el 2023, en el que se le señala una posible responsabilidad. No está clara, nos comentan, la razón para mantenerlo en el puesto. Lo que sí está más que claro es que hay una fuerte molestia entre quienes conocen del sector porque, mientras pasa la crisis migrante, hay una notable ausencia del Instituto Nacional de Migración en la protección de los migrantes. Y es que, nos aseguran, la dependencia se hace de la vista gorda ante las detenciones y operativos, cuando su labor debería ser proteger a las personas en movilidad.
