Y luego del resolutivo del panel de controversias sobre el maíz transgénico que, se informó ayer, finalmente ganó Estados Unidos, lo que ahora debe ocurrir es que México revoque el acuerdo que prohíbe la importación de maíz transgénico, expedido en febrero del año pasado, aunque tiene también un antecedente que data del 2020. Y se tiene que hacer con cierta premura, nos hacen ver, porque el fallo establece un plazo de 45 días para ese fin, el cual vencería alrededor del 3 de febrero. Si no se cumple con esa acción, nuestros socios comerciales podrían empezar a aplicar aranceles, que resultarían en afectaciones para los exportadores nacionales. Si las medidas de ajuste que tome el país no son satisfactorias, el asunto, para variar, se puede convertir en un arma para el gobierno de Trump, que ya luce ávido por despachar la aplicación de aranceles. En fin.
