Aun con las advertencias de la Secretaría de Salud (Ssa) respecto al uso de cohetes y pirotecnia en menores sin supervisión de adultos, los números arrojan que en México los accidentes por uso de estos productos se han incrementado hasta 35 por ciento; en el 25 por ciento de los casos provocan quemaduras en niñas, niños y adolescentes.
El jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital General de México Doctor Eduardo Liceaga, Juan Antonio Ugalde Vitelly, señaló que en la mayoría de los accidentes reportados pasadas las fiestas decembrinas, principalmente Navidad, los niños y niñas que tuvieron un accidente no estaban vigilados por un adulto responsable.
En el mundo, la incidencia de quemaduras en niños es de aproximadamente 0.79 por ciento a 1 por ciento. Y en la franja etaria de 5 a 14 años, las quemaduras son la sexta causa de mortalidad. El especialista mencionó que las manos y extremidades son las áreas más comprometidas.
Más allá de ser una cicatriz física que impide la inmovilidad, también es una cicatriz emocional, donde la autoestima del niño y de la familia se ven afectadasBonnie Guzmán, Directora ejecutiva de la fundación A-Mar
Indicó que, en algunos casos, las quemaduras afectan las articulaciones y causan pérdida de movilidad funcional, mientras que las secuelas psicológicas exigen apoyo especializado prolongado. Esta situación agrava el impacto físico, emocional y económico.
La fundación Michou Mau reportó que, en los cinco años más recientes, los estados donde se han presentado más accidentes relacionados con artefactos explosivos manejados por menores son Ciudad de México, Jalisco y el Estado de México. Más del 70 por ciento de estos accidentes son por fuego directo, cerillos, encendedores, pirotecnia, pólvora y gas.
“La cocina es el lugar número uno donde ocurren los accidentes por quemadura, pero ha incrementado el problema del uso de cohetes y otros artefactos en menores, muy pequeños”, dijo Laura Salazar, representante de la fundación Michou Mau.
En esta época, los árboles navideños, luces defectuosas y contactos sobrecargados son las causas más comunes
En la temporada decembrina, las principales causas de quemaduras incluyen: manipulación de pirotecnia, cuando niñas y niños que juegan con artefactos como palomas, brujitas, cohetes, luces de bengala y otros fuegos artificiales están expuestos a explosiones que provocan lesiones en manos, dedos, rostro y extremidades. “Estas actividades, aunque comunes en las festividades, representan un alto riesgo de amputaciones y daños en ojos, oídos y piel”, subrayó.
En segundo orden, otro factor de riesgo para sufrir quemaduras es la exposición a fogatas y líquidos calientes. “La exposición al fuego o derrames de bebidas calientes también incrementan el número de lesiones. Muchas veces estos accidentes ocurren debido a falta de precaución en el manejo de alimentos durante reuniones familiares”, expuso.
Otro factor importante, según Protección Civil, son los incendios en casa habitación. Y es que en México, según informes de esta dependencia, el 55.6 por ciento de los incendios ocurren en casa-habitación, siendo 17 por ciento de las muertes consecuencia directa del fuego entre menores de edad.
“En esta época, los árboles navideños, luces defectuosas y contactos sobrecargados son las causas más comunes”, dijo el especialista médico. Es importante crear conciencia, identificar los riesgos y enseñar a los pequeños desde su vida inicial a ser precavidos y qué implicaría para ellos una quemadura”, señaló.
Bonnie Guzmán, directora ejecutiva de la fundación A-Mar, para niños quemados, señaló que ella vivió en experiencia propia el impacto de un accidente de esta índole, cuando su menor hija sufrió quemaduras a los cinco años.
“Más allá de ser una cicatriz física que impide la inmovilidad, también es una cicatriz emocional, donde la autoestima del niño y de la familia se ven afectadas”, advirtió la activista.
En México, se estima que 128 mil personas al año sufren algún tipo de quemadura; de ellas, 42 mil son infantes, señalaron especialistas del Centro Nacional de Investigación y Atención a Quemados (Ceniaq) del Instituto Nacional de Rehabilitación “Luis Guillermo Ibarra Ibarra” (INRLGII).
Además, durante la víspera de Navidad y Nochebuena, el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México, informó que nueve de cada diez personas que están involucradas en algún tipo de pirotecnia tienen alrededor de 15 años de edad. Debido a lo anterior, se busca impulsar la cultura cívica.
Salud llama a evitar uso de cohetes
La Secretaría de Salud exhortó a la población a evitar el uso de juegos pirotécnicos en las festividades decembrinas: “debido a los graves riesgos que conlleva su manipulación, especialmente para la población infantil; esto pueden causar lesiones que van desde quemaduras leves hasta la amputación de extremidades”.
El subdirector del Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados (CENIAQ) del Instituto Nacional de Rehabilitación “Luis Guillermo Ibarra Ibarra” (INRLGII), Mario Vélez Palafox, mencionó que la manipulación de artefactos pirotécnicos representa un riesgo significativo.
Enfatizó que los menores, “al no tener la destreza necesaria para su manejo, son los más vulnerables, enfrentando posibles daños en músculos, piel; incluso sufrir daños faciales severos”.
Aunque forma parte de las tradiciones festivas en México, también es causa de accidentes graves que pueden poner en riesgo la vida, puntualizó.
Además, explicó que todos los juegos pirotécnicos contienen pólvora, y en algunos casos, dinamita, lo que aumenta el peligro de provocar quemaduras en diversas partes del cuerpo, como cabeza, ojos, manos, brazos, piernas y abdomen.
Incluso, los artefactos considerados “inofensivos”, como las luces de bengala, representan un riesgo significativo. Una chispa puede incendiar la ropa y causar quemaduras graves; la manipulación de este tipo de productos por parte de niños debe ser evitada en todo momento.
El especialista describió los tres tipos de quemaduras por uso de pirotecnia: las de primer grado afectan la capa externa de la piel, causando dolor, enrojecimiento e hinchazón; las de segundo grado dañan tanto la capa externa como la subyacente de la piel, provocando dolor intenso, enrojecimiento y formación de ampollas.
Por ultimo, advirtió sobre las quemaduras de tercer grado, que impactan las capas profundas de la piel, ocasionando lesiones graves que pueden dejar la piel blanquecina, carbonizada o incluso insensible en algunos casos.
Vélez Palafox recomendó que las quemaduras leves sean tratadas con agua fría para aliviar el dolor, cubriendo posteriormente la zona afectada con un vendaje seco y estéril.
Sin embargo, en casos más graves, donde las lesiones abarquen más del 5 por ciento del cuerpo o afecten capas profundas de la piel, se debe acudir de inmediato a una unidad especializada. Además, advirtió que no se deben retirar restos de tela adheridos a las heridas para evitar aumentar el dolor y generar cicatrices.