“No llego sola, llegamos todas”

Sheinbaum rompió un “techo de cristal” al llegar a la Presidencia

Precedida de una votación histórica, se convirtió en la primera mujer en asumir el máximo mandato del país; ofreció garantizar la equidad de género y combatir la corrupción

La Presidenta Sheinbaum asumió la Presidencia el 1 de octubre,  flanqueada por Ifigenia Martínez y AMLO.
La Presidenta Sheinbaum asumió la Presidencia el 1 de octubre, flanqueada por Ifigenia Martínez y AMLO. Foto: Cuartoscuro

“No llego sola, llegamos todas”, resumió la científica Claudia Sheinbaum Pardo el momento histórico del 1 de octubre pasado, cuando por primera vez una mujer tomó la Presidencia de México, después de 200 años desde que Guadalupe Victoria gobernó este país.

En las urnas, el 2 de junio, arrasó la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, integrada por Morena, PT y PVEM, al obtener 35 millones 924 mil 519 votos, que representaron el 59.75 por ciento de la lista nominal, una diferencia de más del doble sobre la abanderada del PAN, PRI y PRD, Xóchitl Gálvez Ruiz.

El 8 de agosto recibió en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la constancia de mayoría que la declara como la Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, tras declarar la validez de las elecciones.

Durante la ceremonia de asunción en la sesión de Congreso General, la morenista recibió, de manos de Ifigenia Martínez, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, la banda presidencial que entregó el mandatario saliente, Andrés Manuel López Obrador.

Con ello, dijo Sheinbaum en su mensaje como Presidenta, “por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación” y se pone en marcha “el segundo piso de la transformación de la vida pública de México”.

Sus primeras palabras estuvieron marcadas por las constantes referencias a la lucha histórica por los derechos políticos de las mujeres, el combate a la corrupción y la promesa de que “no les voy a defraudar”.

“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe, y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la Presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos (…) No les voy a defraudar, les convoco a seguir haciendo historia”, expresó.

Arropada por la mayoría legislativa con la cual gobernará en los próximos seis años, que al unísono coreaba: “¡es un honor estar con Claudia hoy!”, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México agradeció a la ciudadanía por haberla elegido como la primera Presidenta en la historia del país.

Dijo representar una transformación en la mentalidad popular mexicana, en la cual ahora las mujeres también pueden ser presidentas, “con ‘A’ al final”, porque “sólo lo que se nombra, existe”.

En un discurso atestiguado por 16 jefes de Estado y la representante de la delegación estadounidense Jill Biden, esposa del presidente Joe Biden, Sheinbaum Pardo asumió el compromiso de dar continuidad a las políticas sociales iniciadas por Andrés Manuel López Obrador, como apoyo a los adultos mayores, madres trabajadoras, personas con discapacidad y estudiantes.

Aprovechó el momento para hacer un reconocimiento a quien le dio la oportunidad de laborar a su lado desde que fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal.

“Gracias, gracias. Ha sido un honor luchar con usted, hasta siempre hermano, amigo, compañero Andrés Manuel López Obrador”, refirió, tras describirlo como “el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna”.

Por la tarde del 1 de octubre, Claudia Sheinbaum recibió el “bastón de mando” por parte de los pueblos originarios, ante los cuales presentó los primeros 100 compromisos con los que seguirá el “humanismo mexicano” de su antecesor, y donde prometió respetar la división de poderes, las libertades sociales y la diversidad en el país.

Entre las acciones, adelantó que promovería reformas constitucionales en materia electoral ambiciosas, para reforzar la “democracia directa” y fortalecer el mecanismo de revocación de mandato, y de género, con el fin de combatir la discriminación y el machismo dentro de la vida pública.

Dejó claro que en su administración “gobernaremos con la obligada división entre el poder económico y el poder político. Nunca nos someteremos a intereses económicos, políticos o extranjeros. Siempre trabajaremos por el interés supremo del pueblo y de la nación”, además de ser un gobierno sensible y cercano a la gente, “de territorio, no de escritorio”.

Claudia Sheinbaum delineó también que las relaciones internacionales de México serían de respeto, pero “nunca de subordinación”; autonomía e independencia del Poder Judicial, donde se erradique la corrupción; alcanzar la verdad y la justicia en el caso Ayotzinapa.

Otra de las promesas que cumplirá, abundó, será enviar una iniciativa de reforma constitucional de no reelección en ningún puesto de elección popular como senadores, diputados y presidentes municipales, a partir del 2030, así como impulsar la prohibición de suceder a un familiar directo en los cargos de elección popular. “No al nepotismo”, puntualizó.

Los principales retos que tiene enfrente la Presidenta son: la inseguridad, con una tasa de homicidios de 23 por cada 100 mil habitantes, según el centro Insight Crime; servicios de salud; el tema migratorio, tráfico de drogas y la relación con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, además de los vaivenes de la economía mexicana.

En comicios, violencia rebasó índices

Durante el proceso electoral 2023-2024, México vivió las elecciones más violentas de las que se tiene registro y que superaron a las del 2018 y 2021, ya que 41 aspirantes, precandidatos y candidatos electos fueron asesinados, principalmente de los partidos Morena, PAN, PRI y Movimiento Ciudadano.

Según el análisis de Laboratorio Electoral sobre los comicios históricos, en los que se renovaron más de 21 mil cargos de elección popular, incluida la Presidencia de la República, las causas de la violencia fueron disputas políticas, incluso entre mismos partidos o fuerzas opositoras; conflictos económicos, y de control territorial de grupos criminales.

Entre los crímenes destacan el de Gisela Gaytán, candidata de Morena a alcaldesa de Celaya, Guanajuato, al concluir su mitin en una colonia popular; José Alfredo Cabrera, aspirante del PRI a la presidencia municipal de Coyuca de Benítez, Guerrero, y el de Noé Ramos Ferretiz, de Fuerza y Corazón por México, que aspiraba a la reelección en El Mante, Tamaulipas. En los 17 municipios donde se registró la mayor cantidad de agresiones hubo una disminución promedio de siete por ciento en la participación respecto de la elección del 2018.