La crisis migrante en México registró su punto más alto en el 2024, al contabilizar más de 925 mil detenciones de personas irregulares que intentaron cruzar por el país para llegar a la frontera norte y pedir asilo en Estados Unidos.
De acuerdo con el último reporte de la Secretaría de Gobernación (Segob), sólo entre enero y agosto del 2024 se contabilizaron 925 mil 085 detenciones de personas en movilidad, cifra que superó las de años anteriores, y confirmó que la crisis humanitaria que se vive en países de Centroamérica, Sudamérica y el Caribe sigue afectando a nuestro país.
Expertos en el tema, como Eunice Rendón, directora de la iniciativa Agenda Migrante, señalaron que una constante entre los países expulsores es que continúa la descomposición social y situación económica, lo que genera que la gente siga saliendo hacia México, en su desesperación por tener una mejor calidad de vida.
Resultados del Melate, Revancha y Revanchita 3997 del 27 de diciembre del 2024
El director de la organización Pueblo sin Fronteras, Irineo Mujica, aseguró que la migración irregular no se acabará pronto, debido a que la inseguridad y la pobreza han sido la constante de las personas que los llevan a abandonar sus naciones, lo que se mantendrá en los siguientes meses, pese al cambio de Gobierno en México y Estados Unidos, así como a la contención que existe para evitar su paso, aun cuando es un derecho humano migrar.
Venezuela es el país que más flujos migratorios tiene hacia México, con 29 por ciento del total del 2024, seguido de países como Ecuador, Colombia, Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Haití, Cuba y Perú. Sin embargo, la migración extracontinental es una realidad debido al cierre de fronteras en Europa, lo que ha obligado a naciones de África y Asia a comenzar a ver a México como una puerta de entrada hacia Estados Unidos o, incluso, como país destino.
De esta manera, China, India, Angola, Camerún, Congo, Ghana, Guinea, Nigeria, Senegal y Somalia son las nuevas nacionalidades cuyos ciudadanos aumentaron su presencia irregular en el país en este año, y que ya son una realidad en la sociedad mexicana.
Ante esta realidad, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) tuvo que cambiar sus protocolos de refugio y estancia, debido a que la mayoría de migrantes usaron a la dependencia para contar con un documento regulatorio que les permitiera avanzar sin ser detenidos por el Instituto Nacional de Migración (INM).
Así, a pesar de que bajaron los números hasta mitad de año, desde julio comenzó a haber un repunte en los trámites ingresados hasta octubre, lo que confirma el aumento de la migración.
A lo anterior se sumó el hecho de que, desde inicios de noviembre, comenzaron a salir varias caravanas migrantes desde el sur del país, ante la inminente elección en Estados Unidos y la zozobra de saber si tendrían o no beneficios.
Al conocer que Donald Trump llegaría a la presidencia, los éxodos comenzaron a apurarse para llegar a la Ciudad de México y tener un lugar seguro de estancia, debido a que, durante su recorrido por estados como Chiapas y Oaxaca, fueron extorsionados y secuestrados por grupos del crimen organizado.
Luis García Villagrán, vocero de las caravanas, aseguró que los indocumentados pagan cuota desde su ingreso al país, pues en la frontera con Guatemala ya los esperan grupos criminales para reclutarlos o extorsionarlos; incluso, de los casi 20 mil migrantes que se movilizaron desde inicios de noviembre, se reportó que al menos tres mil fueron secuestrados y, en algunos casos, no se conoció su paradero.
A pesar de que el gobierno de Estados Unidos firmó un convenio con Panamá para evitar que las personas pasen por la Selva del Darién, que era el único lugar por donde los migrantes se trasladaban desde Sudamérica, éstos comenzaron a descubrir nuevas formas de pasar para evitar la contención.
Empresas de turismo de Colombia cambiaron los viajes de placer por traslados en embarcaciones menores hasta Costa Rica por dos mil dólares, con el objetivo de evitar Panamá y dejarlos a salvo de las detenciones.
Sin lugar para descansar. En este contexto, responsables de albergues de la Ciudad de México, Coahuila, Chiapas, Baja California, Tabasco y Oaxaca, entre otros, han advertido que no cuentan con capacidad suficiente para atender a las personas en caso de que haya deportaciones masivas o, incluso, que aumenten los flujos hacia el país.
Gabriela Hernández, directora del albergue Tochan en la capital del país, dijo que se encuentran rebasados ante la constante llegada de migrantes, pues en las últimas semanas han apurado su paso para llegar a la frontera antes de que la cierren o terminen sus beneficios, y por ello indicó que, si bien no cuentan con lugares, nunca se niega a dar un plato de comida a quien lo necesita.
La misma situación enfrenta Beatriz Fuentes, de Casa Fuentes, quien tiene problemas en la etapa invernal por el aumento de enfermedades respiratorias entre las personas migrantes, además de que no cuenta con medicamentos ni recursos para atenderlos de mejor forma, por lo que ve alerta en caso de que haya más tránsito de gente.
Expertos como José María Ramos, integrante de la plantilla de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), aseguraron que el cambio de presidencia en Estados Unidos traerá un sinfín de problemas para México, como mayor contención, violación de derechos humanos y deportaciones sin juicios o respeto a los procesos.
Mientras tanto, en Chiapas, diariamente entran aproximadamente mil personas en éxodo que buscan de inmediato avanzar pese a los riesgos que existen en su traslado; en este sentido, el Centro de Dignificación Humana advirtió que más caravanas entrarán este fin de año y a inicios de 2025, lo que, dijo, será otro año de flujos migrantes “muy fuerte”.
El retorno de Trump reavivó alertas
Momentos de tensión se vivieron en la recta final del 2024, con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, quien, con amenazas, adelantó un programa de deportaciones masivas de migrantes irregulares.
Desde su campaña electoral, adelantó el cierre de las fronteras entre México y ese país, para evitar la entrada de migrantes, a quienes consideró desde hace años como criminales; y es que, desde su primera etapa en el cargo, deportó a más de 80 mil personas, incluso a menores a los que separó de sus familias.
En México se prendieron las alarmas por las afectaciones que habrá desde el inicio de su encargo en enero, pues se prevé el cierre de fronteras y la suspensión de programas para el beneficio de los migrantes, como el proceso de petición de asilo para ingresar al vecino del norte de manera regular y ordenada.
Sin embargo, para los siguientes meses se espera que la expulsión de migrantes aumente, pues, pese a que en todo el 2024 se registró una baja en el número de detenciones por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, en octubre hubo un repunte.