En una acción que no ha sido aclarada y que se ha enredado, autoridades de Estados Unidos detuvieron en Texas, el 25 de julio, a los narcotraficantes mexicanos Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López, liderazgos centrales del Cártel de Sinaloa, después de que viajaron en un jet que partió desde territorio mexicano.
Ahora mismo enfrentan cargos por dirigir las operaciones delictivas de una de las organizaciones de narcotráfico más poderosas y mortíferas del mundo.
Frente a las versiones insuficientes de las autoridades estadounidenses y mexicanas, se especula que pudo ser una traición, una entrega voluntaria o un pacto. Ahora ambos están detenidos, en el caso de Zambada, por siete cargos penales y acusado por la justicia de Estados Unidos de dirigir una poderosa organización delictiva, aunque se declaró inocente.
El 19 de noviembre pasado, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que en una reunión con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, solicitó información sobre la captura de Zambada García. “Le planteé este tema que ha sido difícil en la relación, pidiéndole toda la información posible para poder también evaluar nosotros”, dijo.
aumentan crímenes. Fuentes del estado de Sinaloa señalaron que desde la detención de Ismael Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, los homicidios dolosos en Sinaloa han aumentado un 129 por ciento, pasando de 127 carpetas de investigación entre mayo y julio, a 291, en los tres meses posteriores a la captura.
Este incremento coincide con una intensa disputa interna en el Cártel de Sinaloa entre las facciones de La Chapiza, liderada por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán; y La Mayiza, encabezada por los hijos de Zambada.
Una de las teorías en torno a la captura del capo está ligada a una traición por parte de Joaquín Guzmán López, hijo del también narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, a Zambada García.
El 26 de julio, el Gobierno de México afirmó que no participó en la detención de El Mayo y advirtió que Estados Unidos “debe entregar un informe completo”.
Dos días después, Frank Pérez, abogado de Zambada, dijo que su cliente no se entregó ni negoció término alguno con el gobierno de EU; fue secuestrado por Guzmán López, su ahijado.
El 30 de julio, Joaquín Guzmán López se declaró inocente de los cargos de narcotráfico, lavado de dinero y armas de fuego ante un tribunal federal estadounidense, pero no aclaró si él quien entregó a su padrino.
En esta trama de enredos, El Mayo Zambada compareció el 1 de agosto ante un tribunal federal en Texas. En la audiencia judicial —de apenas siete minutos—, los fiscales y abogados defensores pidieron un plazo de 30 días en los procedimientos para tener tiempo de reunir pruebas adicionales.
Seis días después, se determinó que el cofundador del Cártel de Sinaloa debía ser transferido desde El Paso, Texas, a Brooklyn, Nueva York, para enfrentar un juicio que se llevará a cabo en la misma corte del Distrito Este, donde fueron condenados Joaquín El Chapo Guzmán y Vicente Zambada Niebla, conocido como El Vicentillo e hijo de El Mayo.
Posteriormente, Zambada reiteró, en una carta hecha pública por su abogado, que fue “emboscado” y “secuestrado” por Guzmán López y entregado a las autoridades estadounidenses.
Según la declaración, fue invitado a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre líderes políticos de Sinaloa, cuando fue atado, esposado y obligado a subir a una camioneta. En octubre, Zambada fue presentado por primera vez ante el juez federal Brian M. Cogan, en la Corte del Distrito Este de Nueva York, en donde se leyeron los cargos en su contra y también se presentó la posibilidad de que se le aplique la pena de muerte; la próxima audiencia fue programada para el 15 de enero del 2025.